Al final de la lista, el arte, una de las áreas más importantes y trascendentales de la sociedad, aparece sin el suficiente apoyo; incluso instituciones con décadas de presencia en la ciudad, no se salvan de esa indiferencia, como el Teatro Centro de Arte León Febres-Cordero, fundado en 1976 por la Sociedad Femenina de Cultura.

Se trata de una de las instituciones más emblemáticas de la ciudad que, con 36 años de actividad, ha sido la cuna de muchos artistas y es el escenario de distintas obras y musicales estudiantiles y profesionales. Pero que también presenta problemas que requieren intervención no solo de la empresa privada, sino también de administraciones públicas.

Rafael Peralta, director comercial de la entidad, manifiesta que hasta el 2021 se recibía financiamiento económico del Municipio de Guayaquil, algo que no ve como una necesidad de máxima urgencia, pero sí como una ayuda importante para el desarrollo de talleres gratuitos y mejoras que requiere el edificio.

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Según explica, del total de su presupuesto, el Cabildo aportaba con un 30 %, el resto provenía de la empresa privada que, desde el 2022 hasta la actualidad, los financia en su totalidad.

A la fecha, el único apoyo que reciben del Cabildo es de la Orquesta Filarmónica, que realiza presentaciones en sus salas.

Peralta mantiene la esperanza de que el aporte regrese con la nueva administración de la Alcaldía, pues considera “importante contar con la ayuda del Municipio... Y actualmente se han manejado charlas sobre el tema”, dice, sin dar más detalles sobre lo que han acordado dentro de los diálogos de ambas entidades.

En caso de retornar ese apoyo municipal, las principales acciones que canalizarían serían los talleres gratuitos a jóvenes de escasos recursos, y la readecuación de sus instalaciones, que presenta deterioro en ciertas áreas por filtraciones de agua. “El programa Semilleros, que lo hemos llevado por varios años, es uno de los que requiere de la intervención pública y que actualmente está pausado desde el 2023 por la falta de recursos para realizarlo. Con estos talleres buscamos ayudar a más de 100 niños de las zonas aledañas al teatro”, puntualiza Peralta.

Pero, pese a la necesidad de remodelación, las instalaciones se mantienen aptas para el uso de los artistas en sus ensayos y presentaciones.

Lo que más se requiere es reemplazar por nuevas luces dentro de los vestuarios, nuevos baños, el techado de varias salas, reemplazar las butacas para el público, mejorar las dos cafeterías del edificio; y la parte exterior del teatro que necesita pintura y arreglo de ciertas escaleras que están dañadas.

EXPRESO solicitó al Municipio de Guayaquil una entrevista para conocer qué proyectos mantienen con este tipo de establecimientos y si continuará o no el financiamiento que se quitó en 2021. Hasta el cierre de esta edición no enviaron respuestas.

Expertos opinan que tanto los gobiernos locales como el central deben aportar económicamente al arte, pues este no se limita solo al espectáculo que genera para la población de una determinada zona, sino que aporta al turismo y a dar un ‘rostro’ a las ciudades.

El gestor cultural Sebastián Monsalve señala que es importante que las instituciones públicas vean el arte como lo que es: otra profesión, la cual también requiere del apoyo del sector público para sus actividades. “Se han dado cuantiosas cantidades de dinero para salvaguardar minería y un sinnúmero de cosas, pero al arte, contrario a ayudarnos, nos quitan más”, reclama.

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A su juicio, las actividades artísticas son el rostro del país y el principal atractivo de los turistas, “y esto no lo ven los gobiernos, lo ven solo como el adorno de Navidad, no como la labor que es”, sostiene.

Monsalve y Jorge Parra, director de Zona Escena, concuerdan en que la ayuda pública no solo daría espacio a las instituciones a mejorar sus instalaciones, promocionar más sus actividades y talleres para aquellos de escasos recursos, también impulsaría el potencial artístico y cultural de la ciudad.

“El potenciar actividades como el Festival de Artes al Aire Libre tranquilamente puede ser un evento emblemático de la ciudad, uno bien hecho podría invadir de turismo a la ciudad”, asegura Parra.

La crisis de inseguridad que se vive afecta no solo a comercios, por lo que consideran hace falta que la actividad cultural también se vuelva imperativa. “Las calles pasan vacías, es necesario el incentivo de la escena artística con apoyo de las instituciones gubernamentales y del sector privado”, precisa Parra.

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