Estero Salado
Los guayaquileños sueñan con tener al río y a sus esteros vivos. No quieren que pasen más desapercibidos.Miguel Canales / EXPRESO

Guayaquil: Los ríos quedaron como ornamentos

Expertos coinciden en la importancia de aprovechar al Guayas y sus afluentes como motores turísticos y económicos. Se debe incluir al Salado

El torrente más emblemático de Guayaquil es el río Guayas, que atraviesa la ciudad y está conformado por dos grandes caudales, el Daule y el Babahoyo. En esta ciudad el único espacio construido para actividades junto a este afluente es el Malecón 2000, recorrido por visitantes locales y extranjeros. Muchos observan el río solo como un elemento ornamental, deslucido por la contaminación provocada por las actividades humanas, desechos industriales y sedimentos; desconociendo su historia y los múltiples beneficios que trae a la urbe tener uno de los sistemas hidrográficos más grandes de Sudamérica.

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“Hace muchos años el río, en el centro de la ciudad, cobraba una importancia increíble en la vida de Guayaquil. Antes del automóvil, los ciudadanos de varios cantones dependían de este para el transporte de productos, bienes y personas. Los autos llegaron y el río fue perdiendo su hegemonía. Se volvió más productivo el transporte por camiones, y al construirse el Puerto Marítimo, al sur de la urbe, para recibir barcos intercontinentales y grandes navíos de equipamiento regional e internacional; el malecón quedó como un parque lineal, donde el río es un atractivo paisajístico, pero no productivo”, comenta el arquitecto Ricardo Pozo, docente investigador de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil.

Darle vida y conexión al río no solo beneficia la imagen urbana, sino que mejora nuestra calidad de vida por el contacto con la naturaleza.   

Natalie Wong, decana de la facultad de Arquitectura de la UEES

Este mismo pensamiento comparte el arquitecto y urbanista guayaquileño Héctor Hugo. “El rápido crecimiento económico e industrial provocó que las diversas administraciones municipales tengan un enfoque prioritario en el desarrollo comercial y de infraestructura portuaria, olvidando los ríos y esteros como sistemas de transporte fluvial y de recreación ambiental. El proceso de expansión de Guayaquil priorizó la construcción de infraestructuras viales, comerciales y residenciales y no consideró los espacios fluviales como componentes esenciales del desarrollo urbano”, afirma.

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Para el docente universitario, el trabajo que debe hacerse para visibilizar este entorno natural debe ser integral. “Hay que volver a nuestras raíces en el uso de los espacios marítimos fluviales con una planificación adecuada y que esté conectada al resto de sistemas territoriales mediante un sistema de movilidad pública y transporte multimodal. Nadie cuida lo que no usa. La gente tiende a cuidar y valorar más aquellas cosas que utiliza y de las que obtienen beneficios directos”, agrega.

Natalie Wong, decana de la facultad de Arquitectura e Ingeniería Civil de la Universidad Espíritu Santo, piensa que las autoridades deben revisar las estrategias para la implementación de proyectos con procesos participativos, que permita mayor conexión con el río y los esteros. “Esta conexión no únicamente beneficia la imagen urbana, sino que mejora la calidad de vida de sus habitantes, justamente por la relación con la naturaleza y, también, las dinámicas que puedan realizarse. Además, los proyectos deben satisfacer las necesidades de los usuarios, y así poder crear un sentido de pertenencia a su ciudad y a estos espacios”, sostiene.

Río Tomebamba
A orillas del cristalino río Tomebamba, en Cuenca, la gente corre, camina, hace deporte o hasta picnics.Jaime Marín / EXPRESO

Desde el ámbito turístico, Jorge Mori, empresario y asesor de gobiernos locales, cree que tener un río es un privilegio, pero falta mucha concientización ambiental. “Es un recurso natural que debe ser aprovechado en el marco de la sostenibilidad. Desde el turismo, del río Guayas y el estero Salado solo se ha aprovechado los malecones, pero hay mucho más. Debe hacerse una planificación en temas de mercado, una ruta fluvial hacia el Golfo de Guayaquil que articule diferentes atractivos, como los manglares de Churute, la ruta del cangrejo y la observación de aves”, considera.

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Mori también recomienda al Municipio que dentro de su Plan de Turismo se cree un programa de sensibilización turística ciudadana que no se ha trabajado en la región. “Cultivar en los ciudadanos su conexión con el río y convertirlos en anfitriones turísticos producirá que haya una mejor utilización de este espacio y se generan más planes a favor del rescate del entorno natural”, concluye.

Ricardo Pozo, investigador de la UCSG, piensa que de nada servirá que solo un Municipio trabaje a favor de la recuperación del río Guayas, ya que este está formado por ríos secundarios y terciarios, algunos hasta provenientes de la Sierra. “Para una ciudad es una tarea grande manejar la contaminación, desechos industriales, aguas grises, aguas servidas, que se desfogan en un río. Es imposible que Guayaquil maneje solo eso. Lo que debe haber es un ordenamiento territorial y el mejoramiento de los bordes de los ríos. Es un problema de varios municipios y cantones”.

El río es un recurso natural que debe ser aprovechado. En Guayaquil se han aprovechado solo los malecones, pero falta más.  

Jorge Mori, consultor turístico

El estero Salado también debe ser tomado en cuenta. “Es importante que se rescate también los esteros; espacios donde atraviesa el río como Urdesa, Kennedy, Miraflores, que han sido privatizados para la construcción de edificaciones y que se han olvidado de lo público. En el sur, donde existe una mala planificación del suelo y existen viviendas que contaminan el río. Además, que en estos sectores se ha dado más importancia a la construcción de vías que al cuidado ambiental”, argumenta Pozo.

Pedido 
Las guayaquileños quieren que su río Guayas o los ramales del estero sean, como en Cuenca, el escenario para tener vida comunitaria o la ruta para hacer turismo, incluso nocturno.  

Diario El País publicó a finales de mayo el reportaje “Ríos que dan vida: las ciudades latinoamericanas que se transforman entorno al agua”, donde resaltó el trabajo de planificación urbanística de la ciudad de Cuenca en los últimos años. El tema incluyó un testimonio que destacó la importancia que le dan sus ciudadanos a este entorno natural.