El nombre y acciones de Galo Eduardo Martínez Merchán son inmortales. Sembró enseñanzas y dejó huellas no solo en el plano político o del periodismo, sino también en las comunidades, donde sus bases lo recuerdan por ser ese amigo, colaborador y líder incondicional de los que ahora difícilmente se ven.

Eso lo tienen claro los residentes de la ciudadela El Paraíso, ubicada en las faldas del cerro protector del mismo nombre, en el norte de Guayaquil, y quienes le rinden homenaje al fundador de EXPRESO proclamando a un área de forestación con su nombre. Es la gratificación por la ayuda que don Galo efectuó a la formación del comité ecológico del sector, allá por los 80.

En la parte alta del vecindario, en el término de la calle Las Toronjas, ya se levanta un cartel con la leyenda que reza: ‘Paraíso verde forestación ecológica Galo Martínez Merchán’.

El letrero, junto a dos aceitunados pinos, ya dan la bienvenida a boy scouts y familias que huyen por unas horas del bullicio de la ciudad para refugiarse en el bosque seco, el principal atractivo de la ciudadela.

Luis Burgos, residente, tiene 84 años y cuenta que la idea de que el espacio, de 4.200 metros cuadrados y donde hasta el momento se han sembrado 400 árboles en su mayoría frutales y de madera, nació por la defensa del recordado licenciado en los intereses de este pulmón del Puerto Principal.

Él llegó a El Paraíso hace cuatro décadas y atiende a este Diario en el interior de su vivienda, donde sobresale una mesa con decenas de recortes de periódicos en el que se plasmaron, entre otros, artículos de este vecindario.

Allí, recuerda la ayuda que don Galo ofreció al comité ecológico del sector, así como las publicaciones a favor de la preservación o los eventos que se ponían en marcha. Fue su amigo, remarca, y evoca que estuvo en esos días cuando Martínez buscaba crear un rotativo.

“Él se lo merece. Hoy en día vienen boy scouts, familias, estudiantes y apuntamos a rescatar a la juventud; a que se involucre en esta área, que esto es de ellos”, cuenta Burgos, mientras señala una parte del terreno donde se plantaron especies y los que se conjugan con juegos y pequeños pozos que son aprovechados por las ardillas que pululan la zona.

Ya hay logros de ello, pues el residente ya agendó una entrevista con el rector del colegio 28 de Mayo, aledaño al lugar, para que se pongan en marcha proyectos con los muchachos. Es decir, que se realicen actividades en grupos y se aproveche todo el espacio.

Esto lo practican desde hace algún tiempo muchos ciudadanos como Carlos Méndez, un padre de familia que le encanta venir con su familia los fines de semana. “Siempre venimos a realizar actividades con los chicos y nos gusta que se den este tipo de acciones, que sirven para la preservación de los pocos espacios verdes que tiene la ciudad”, comenta.

En medio de este escenario, en El Paraíso aguardan la fecha en que el Municipio determine que esta área sea declarada como un parque. “Pese a nuestros pedidos, el Cabildo no lo ha hecho, nuestro fin es que esta zona sea eso”, narra Burgos.

Ante ello, este Diario consultó al Cabildo si considera viable esta acción y, en efecto, si se pretende cambiar el tipo de suelo en el área. La respuesta vino por parte de María Fernanda Rumbea, directora de Ambiente y Preservación de Áreas Verdes, quien aseguró que el predio es privado y no es pertinente la construcción de un parque o área recreacional.

“El año pasado cayeron unas piedras que se desprendieron del mismo cerro, por lo tanto, no es pertinente la construcción de un parque o área recreacional en un lugar que, en caso de repetirse una situación igual, implica riesgo inminente a la comunidad”, alegó.

De igual manera, El Paraíso prevé hacer la inauguración oficial del área a finales de este mes o en las fiestas octubrinas, pero desde ya honran la memoria de Galo Martínez Merchán.