Pin dialoga sobre la relevancia que tiene el concurso de ideas que lanzó Diario EXPRESO para rescatar al centro de la ciudad, y también pone sobre la mesa la problemática que llevó al abandono de esta parte de la ciudad y lanza algunas propuestas. Eso sí, es firme al subrayar que el ciudadano debe formar parte de todo el proceso en el que, argumenta, las autoridades deben facilitar herramientas. Hay mucho trabajo por hacer, recalca.

Borrar la imagen de un centro abandonado es uno de los mayores anhelos ciudadanos, pero ¿cuál es la ruta a seguir y cómo devolverle el dinamismo?

Pienso que cuando el ciudadano habita su espacio, porque le pertenece, va alejando aquellos peligros que se originan por el abandono. Veamos, en la parte del casco comercial, próximo al cerro, tenemos un abandono tremendo que ha sido por cuestiones de desigualdades o inequidades del desarrollo socioeconómico que hace que el poco ciudadano que existe no tenga la seguridad de utilizar su espacio. Ese abandono ha hecho que el desarrollo de esta ciudad no se dé con la expectativa que se tiene.

Es decir, volcar la mirada hacia el ciudadano.

- Esa parte que se necesita implementar requiere mucho de que nosotros, toda la ciudadanía, participemos de aquello, tanto el que habita como el que trabaja, el que comercia, el peatón; eso es lo que le daría vida y dinamizaría incluso un eje de la ciudad como es el tema del turismo.

¿Cómo se lo lograría?

Por ejemplo, el Municipio aspira a que sea la ciudad turística, pero tiene que implementar herramientas para aquello; no solo tener hitos, edificaciones, espacios porque si no hay elemento humano esa expectativa se va alejando.

Precisamente EXPRESO ha contado lo tortuoso que es caminar por el espacio público, debido a los obstáculos, y que afecta con mayor énfasis a las personas con discapacidad. Ante ello, ¿cómo mejorar la infraestructura y volverla una ciudad amigable?

Incorporar a las personas con discapacidad es importante, pero hay que incorporar a toda la ciudadanía. Debemos procurar que en los espacios haya actividades y oportunidades que permitan que el ciudadano se incorpore a estas actividades. Si tenemos actividades que no sean atractivas para el ciudadano común, que es el mayoritario, esas posibilidades se van alejando.

Esto tiene y debe ser un trabajo mancomunado.

Los gobiernos locales como los municipios y prefecturas tienen que preocuparse de ese aspecto: lo más importante que tiene cualquier ciudad es su gente. Se debe tener gente dinámica, que participe, que culturice...

¿Hasta qué punto tendrían beneficios estas acciones?

Recuperar el espacio para el peatón es una de las metas de la agenda 2030 del desarrollo sostenible. Recuperar la economía pequeña, porque si queremos erradicar la pobreza cómo haremos, buscar mecanismos para erradicar y el Municipio tiene que cambiar sus políticas públicas de cero persecución versus alternativas. ¿Cuál es el problema de Guayaquil? Es una ciudad donde al acoger a todo el mundo nos encontramos que la parte cultural es diversa, eso hace que tengamos un eje cultural diverso y cómo se resuelve, conociendo cómo piensa la gente, cómo habita, cómo usa su espacio, cómo comercializa, cómo resuelve sus problemas de salud; eso sería importante.

Otra propuesta es darle uso a aquellos edificios abandonados, ¿usted cree que es suficiente?

Debemos ir trabajando, por ejemplo, en cómo convertir esas fachadas que permitan absorber la polución, los corredores que se van formando producto de la polución; el tema del congestionamiento, edificaciones donde prácticamente existen olas de calor bastantes significativas y que afectan no solo la vida de los edificios, sino quienes están ahí. Ese calor con grado de humedad tremendo hace que la gente huya.

Hay mucho por hacer, ¿pero cuál sería el primer paso?

Las acciones son diversas y hay bastante por hacer. Lo primero, el rescate del espacio público para el peatón; es la primera lección que tenemos que manejar. El tema del impacto ambiental que significa que debemos reducir las inequidades respecto del manejo del espacio, tratamiento de las edificaciones existentes y comenzar a implementar fachadas verdes para bajar los índices de contaminación que en estos momentos hay y, la otra parte, es que socialmente incorporemos a la ciudadanía a las actividades menores respecto de la vida económica que necesite el ciudadano resolver día a día.