“Si no hay Delfín (Delphinidae) no hay nada, ese es nuestro producto turístico que atrae al turismo”, dice con vehemencia  Nelly Saltos, mientras vigila el cambio del techado que le hace a su cabaña ubicada en la parte alta de la playa para que esté lista en carnaval.

Ella es parte de los propietarios de nueve cabañas y también de una veintena de comuneros que, el pasado 26 de enero, iniciaron la reconstrucción de la escultura del Delfín, que le dio el nombre a esta comuna situada en el kilómetro 17 de la vía a Posorja, parroquia rural de Guayaquil. El 25 de febrero de 2023, un rayo en medio de diez horas de lluvia dañó un costado de la escultura que da identidad al balneario Playa el Delfín; además, un fuerte oleaje socavó sus bases, lo que también afectó las cabañas.

Efrén Reyes, presidente de la Federación de Comunas del Ecuador, quien fue el mentalizador de la creación del Delfín en 2015, enfatiza que la escultura es el atractivo turístico de la comuna y que si este desapareciera, también desaparecerá el turismo del sector.

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Por esta razón, el maestro constructor Jorge Chacón ya está realizando los movimientos de tierra para la reconstrucción del cetáceo de 80 metros de largo y 10 de alto, hasta la aleta. No cobrará un solo centavo y además contribuye con personal para realizar los trabajos que comenzaron con el fortalecimiento de las bases.

La escultura se va a recuperar con la voluntad y esfuerzo de un grupo de habitantes denominados “Unidad de Comuneros y residentes de Playa Delfín”. Todos ponemos algo: hierro, cemento, pintura, dinero y mano de obra, detalla José Cedeño, de 66 años, quien recuerda que, en el 2015, la figura se hizo con la colaboración de todos. Ahora como en ese entonces, “lo estamos reconstruyendo, sin la ayuda de ninguna entidad oficial, hasta las mujeres trabajan”, resalta Cedeño.

Si la colaboración de todos fluye sin ningún problema, el monumento quedará reconstruido antes de carnaval, con un costo de más 5.000 dólares, entre materiales y mano de obra que pondremos todos, estima José Vasque, otro residente.

También las bases de las cabañas que están en la parte alta se las fortalecerá con piedra y muros. Así, el sueño de los comuneros es tener un malecón; su vía principal asfaltada, y servicios básicos.

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