La Playa Delfín está en riesgo. Los repetidos aguajes, siendo el último uno de los más severos, han afectado el entorno de este balneario de la comuna Data de Posorja (Posorja, Guayaquil), incluidas las cabañas y ese enorme monumento que hace honor a su nombre y está desbaratado.

El mirador natural, ubicado en la parte más alta de la comuna, a escasos metros de la escultura del delfín, se ha convertido en un problema para los habitantes y turistas que ven cómo el acantilado cada día se desmorona más y las piedras que lo conforman van quedando apiladas una a una sobre la arena.

René Crespín, habitante del lugar, asegura que los fuertes oleajes han golpeado contra el paredón de tal forma que lo que era años atrás este lugar, va quedando como recuerdo.

• Las familias señalan como responsable a la naturaleza, pero a la par a la indiferencia de las autoridades que “han sido incapaces de mover un dedo por preservar el espacio”.

“Si hay riesgos, si falló la planificación, si la naturaleza se vuelve en contra; sea cual sea la razón, las autoridades deben actuar y no lo han hecho. Esta es la playa de Guayaquil y todos la han dejado perder. Si se desmorona pues que lo haga, al parecer eso es lo que piensan. ¿Dónde estuvo la Alcaldía años atrás y dónde estuvieron los ministerios de Ambiente y de Turismo? Como siempre, los grandes ausentes”, asegura Sonia Garríquez, de la ciudadela El Paraíso, en el Puerto Principal.

En el balneario, como lo constató este 12 de junio EXPRESO, el agua está socavando el área donde se encuentran las cabañas, con el peligro de que en cualquier momento todo se venga abajo.

Nelly Santos, dueña de un comedor turístico, agrega que ya se perdió una cancha de indor fútbol que se construyó para que jueguen los turistas y los niños de la localidad.

“Frente a este embate de la naturaleza, algunos construimos muros de contención de hormigón, pero el oleaje los volvió a destruir, ocasionándonos grandes pérdidas”, lamenta la ciudadana que asegura que, como el resto, gastó 3.000 dólares para levantar un muro de 2 metros de ancho por 10 de alto, que resguarde su negocio; aunque fue en vano.

El tramo de la afectación supera ya los 500 metros.

A inicios de este 2023, la escultura fue afectada por un rayo y hasta entonces no hay quién repare la obra.

El balneario está perdiendo sus encantos: su playa se está haciendo pequeña; su delfín está a punto de perderse por el golpe de las olas; su mirador natura se va desvaneciendo; y con todo esto, el turista se ha ausentado. Apenas llega un 50 % de los visitantes que antes recorrían la comuna. Y quienes llegan, caminan un rato y retornan a sus hogares.

Enrique Palma, docente de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, detalla que estos eventos son el resultado del cambio climático y el calentamiento global. “Hay datos estadísticos que aseguran que el nivel del mar en los últimos 25 años está subiendo de manera acelerada, en 23 centímetros a nivel mundial. Esto se debe a la disminución de los glaciares y casquetes polares. Por eso hay que actuar”, señaló; al coincidir con la ciudadanía que también exhorta a la Prefectura del Guayas a recorrer el lugar para entonces intentar salvarlo.