Los cambios de Guayaquil, sin piso que los sostenga
Las distancias con Nebot se marcan en la defensa de la sostenibilidad. Destaca la inclusión de la academia, pero falta el plan integral.
Hace exactamente un año, la recién estrenada alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, ofreció su primer discurso masivo. “Guayaquil entendió que transformar una ciudad demanda que todos nos involucremos. (...) La ciudad está en marcha. Mis manos ahora tienen el timón”.
La navegación de Viteri al mando del sillón de Olmedo ha encontrado turbulencias. Pasó en octubre, cuando el paro nacional mostró la peor cara de la represión, y en marzo de 2020, cuando aterrizó la pandemia que cobró diez mil vidas.
El barco sigue su rumbo, pero ha marcado una nueva ruta, que sienta su recorrido en un discurso que defiende la sostenibilidad y la resiliencia. Algunos expertos, sin embargo, miran con recelo estas nuevas formas de hacer ciudad, por la falta de planificación integral, una crítica que también manchó a Nebot, de quien ahora Viteri se distancia poco a poco.
La nueva visión de ciudad y el acercamiento a la academia son señales del distanciamiento con Nebot, aunque que sean parte del mismo partido lo deja en duda.
Fue la mujer que decidió que Guayaquil necesitaba ciclovías. De hecho, trazó una exactamente en el lugar en donde Nebot la suplió por jardineras, la calle Junín. También creó la Dirección de Urbanismo, Planificación y Ordenamiento Territorial, desde donde nació la ordenanza ya aprobada, y surgida a raíz del COVID-19, que permite que locales como bares y restaurantes saquen a la vía pública sillas y mesas, siempre y cuando cumplan una serie de condiciones.
Y mientras Nebot decía que si los académicos quieren cambiar la ciudad sería bueno que se candidaticen, ahora mismo está en construcción el Plan Maestro de Guayaquil con asesoría de catedráticos universitarios.
Ese aparente orden, sin embargo, abre una brecha con otras agendas, como el estudio para construir una autopista hacia el nuevo aeropuerto, debajo de Cerro Blanco, que luego aseguró que nadie tocará; la proyección de una segunda fase de la aerovía sobre Urdesa, de la que no se ha hablado mucho estos meses; y, más recientemente, “la construcción de una urbanización en vía a la costa”, que incidirá en la expansion horizontal de la mancha urbana, sostiene la especialista en hábitat Liliana Carbonell. Proyectos específicos sin plan global, un error que Nebot cometió. “Al discurso millennial de Viteri le falta un plan integral”, insiste el magíster en planificación Luis Saltos.
Creo que aún no es tiempo de evaluar. El anuncio de un nuevo plan maestro para la ciudad es clave, pero aún hay que saber en qué consiste ese plan.
“Definitivamente existen muchos errores en Guayaquil por la falta de planificación. Todos los proyectos tienen que enlazarse y hacer un plan a largo plazo, por etapas, para que la mayor parte de la ciudad sea beneficiada”. Es decir, los próximos alcaldes deben tomar la posta y seguir cumpliendo con los proyectos que Viteri dejará en su máster plan. Eso es lo que se debería esperar.
Pero mientras ese máster plan se crea, la ciudad crece y las obras en las que se invirtió en la época de Nebot o de Febres-Cordero han debido rehacerse por la falta de visión. Un ejemplo fresco de aquello es la adaptación de las ciclovías en la regeneración de la avenida Barcelona. Ese es el tipo de errores que los especialistas temen.
Entonces, aunque el discurso de Viteri suene atractivo, no es más que eso para algunos expertos, un discurso, que usa “para oxigenar y atraer a nuevas generaciones”, resalta Saltos. En resumen, “mucho ruido y pocas nueces”, opina el constitucionalista Xavier Flores. “Hay más parches, que un giro como tal. Y, sin un cambio del desarrollo urbano, Guayaquil puede desaparecer”.
Nadie piensa a largo plazo. Todos son cortoplacistas. La planificación, a mi criterio, debería ser a 100 años con revisiones periódicas de dos años. Flexible.
De las acciones plausibles, la ciclovía podría ser una oportunidad de pensar que se quieren hacer las cosas bien, pero con los otros temas no se ve claramente cómo lo van a emprender, analiza Rosa Edith Rada, especialista en diseño de espacios públicos y barrios.
Critica, además, que haya temas fundamentales que deben desarrollarse y que no hay indicios de querer hacerlo, como disminuir la pobreza. “Esto es, mejorar las condiciones productivas, de educación, salud y hábitat. Así no sea de su competencia”.
Para el especialista en diseño urbano y planificación urbana Juan José Jaramillo, no todo está perdido. “Viteri ha dado pasos alentadores a una nueva visión de ciudad, pero de un efecto a largo plazo, por lo tanto aún no es tiempo de evaluar. Hasta el momento, el acercamiento con la academia y asesoramiento técnico han sido buenos primeros pasos”.
Viteri presenta su segundo discurso de aniversario de fundación de Guayaquil como alcaldesa y capitana de una ciudad llena de expectativas.
Yo soy distinta, yo soy mujer. Él (Nebot) es hombre. A él le gustan las palmeras, a mí los árboles. Yo soy la alcaldesa de Guayaquil, él es el exalcalde. Él va al baño de pie, yo no. Entonces, las cosas se deben entender en su real dimensión. No soy copia, ni tatuaje de nadie.
