El alcalde de Guayaquil, Aquiles Álvarez, tal como lo había anunciado desde que asumió el cargo, presentaría tres informes que detallarían en qué condiciones y con qué irregularidades recibió el Municipio. La noche del pasado 31 de agosto presentó el último informe, y en él detalló no solo que recibieron una institución con apenas $ 10,2 millones en caja y obligaciones por más de $ 500 millones; lo que obligó a paralizar más de 70 obras que han perjudicado la cotidianidad del ciudadano; sino que también un equipo caminero que estaba prácticamente en condiciones de chatarra; mercados que asimismo funcionaban como elefantes blancos, con “miles de puestos vacíos”; y millonarias deudas por parte de Emapag, la Autoridad Aeroportuaria y la Empresa Pública municipal de Vivienda.

Que las promesas de alcantarillado para la gente de Pascuales nunca llegaron porque nunca cumplieron con el ofrecimiento, precisó. “Nos dejaron una deuda por $ 9,5 millones por 179 expedientes de pago, además de ocho proyectos con claros retraso, uno de ellos la planta de tratamiento Las Esclusas, con una inversión de 98 millones de dólares; y la planta Mi Lote, suspendida por inconsistencia técnica”, mencionó.

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Al referirse a lo heredado por la Autoridad Aeroportuaria, precisó que fueron once obras contratadas por $ 25 millones, algunas de ellas con problemas de diseño y conceptualización. “Encontramos obras tan mal planificadas que ni siquiera se coordinaron con las direcciones pertinentes, lo que derivó a que se desarrollen proyectos en terrenos, donde no había concluido el proceso de expropiación”, relató el primer edil; que durante su intervención recordó que en el holding municipal encontraron trabajadores que ganaban sueldo sin trabajar, a los que tildó de ‘pipones’; y se refirió a los proyectos emblema de la administración anterior que fracasaron, como fue la ciclovía y el Centro de Bienestar Animal, donde denunció haber hallado perros y gatos en mal estado: viviendo en hacinamiento.

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A diferencia de intervenciones pasadas, esta vez Álvarez destinó varios minutos para hablar de las irregularidades encontradas en la Empresa Pública Municipal de Vivienda, que “sobrevendió 3 proyectos habitacionales que se publicitaron como la solución a las invasiones”. “Ofrecieron vender 10.000 terrenos cuando solo tenían 8.000. Como no había el stock suficiente, desde el 14 de mayo hasta ahora nos tocó devolver 518.000 dólares a los clientes que habían ya pagado la entrada y nunca les dieron lo ofrecido: un lote con servicio. En fin, todo estuvo mal”, sentenció, al cuestionar también la forma en cómo la Empresa Pública Municipal de Turismo desarrolló sus proyectos.

“Hemos encontrado un manejo desprolijo de estas empresas, donde no había planificación. Por ejemplo, una Empresa Pública de Turismo cuyos eventos se adjudicaban siempre a los mismos. De 341 procesos subidos al portal de Compras Públicas, el 79 %, es decir $ 12,9 millones, fueron adjudicados por selección directa. Hasta prometieron premios que nunca se entregaron, como el famoso concurso de monigotes, que hasta hoy nos vienen a cobrar”, dijo.

Y frente a esta realidad, la ciudadanía exige transparencia.

“Si son tantas las falencias y, por lo visto, será complejo avanzar, espero que los errores de verdad no se repitan. Hago un llamado a que el Concejo Cantonal sea veedor de lo que ocurre y no alcahuetee, como lo hizo en la anterior administración. Es lamentable todo”, pensó Dania Saavedra, habitante de Sauces.  

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