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Fernanda Vásconez, integrante del club Ñañas, durante un entrenamiento junto a su novio.Cortesía

El fútbol femenino reclama sus derechos

Con sueldos promedios de 400 dólares no pueden desarrollar su actividad de forma profesional. Hay hombres que ganan más de 100.000 dólares al mes

“Salí el año pasado por ver tanta desigualdad. Hubo incumplimiento de los precios ofrecidos, aunque con la recaudación de los últimos partidos se lo pudo hacer. Sin embargo, la prioridad, por decirlo así, fueron otros pagos del club o del equipo masculino y eso me molestó”. Las palabras de Natali Villavicencio, expresidenta de la comisión de fútbol femenino de Deportivo Cuenca, reflejan la realidad de esta categoría.

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Para tratar de evitar estas situaciones, el sindicato de futbolistas (Fifpro) publicó un informe sobre el futuro del fútbol femenino, para el que reclama “un trato justo, coherente y de amplio alcance”, si bien considera necesario “emprender otro camino” distinto al fútbol masculino en aspectos tales como las normas de indemnización por la formación de las deportistas.

También reclama la revisión del Reglamento de la FIFA sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores para ser aplicable al fútbol femenino, al tiempo que sostiene que “el crecimiento económico debe asentarse en el establecimiento de estándares laborales, cuya implementación y cumplimiento a nivel nacional sea responsabilidad de las federaciones nacionales, las ligas y los clubes”.

Villavicencio está de acuerdo con la propuesta de Fifpro. “Hay mucha desigualdad. El sueldo de un jugador masculino podría cubrir el presupuesto mensual de todo un plantel femenino. Ese es el motivo por el que no podemos hablar de profesionalismo entre las mujeres, porque con ingresos tan bajos deben buscar otras opciones que ayuden a solventar los gastos en sus hogares. Los hombres solo se dedican a entrenar y a competir. Y el asunto va más allá, recordemos que el año pasado nuestras chicas (del Deportivo Cuenca) no pudieron jugar una fecha por suspensión, producto de una deuda del plantel masculino”.

Sus palabras no están alejadas de la realidad. En Ecuador hay deportistas con ingresos mensuales que bordean los 100.000 dólares, mientras a las chicas se les paga un sueldo promedio de 400 dólares, eso sin contar que hay algunas a las que solo se les entrega “una ayuda” para movilización y así puedan entrenar.

OTROS HORIZONTES

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Joselyn Montaño, la entrenadora que en 2019 dirigió al equipo femenino de Barcelona, esta temporada se vinculó -como futbolista- al Badajoz de España.Cortesía

Pese a este panorama, las ecuatorianas se abren paso en el mercado extranjero.

María Vásconez (Boca Juniors de Argentina) y Joselyn Montaño (Badajoz de España) son dos de nuestras migrantes.

“La misma Fifpro presentó un informe, donde se indica que el fútbol femenino es el proyecto en el que se debe invertir, porque tiene un futuro enormemente exitoso. La Federación Ecuatoriana de Fútbol ha dado un paso importante, pero aún hay muchas falencias. Para que el torneo sea atractivo debe tener más incentivos, por ejemplo, en Argentina la asociación nacional genera recursos directos y da un valor mensual a cada club para que pague (a sus jugadoras), atrae a la empresa privada y los partidos son transmitidos (por televisión), contando con asistencia de hasta 10.000 personas”, afirma Vásconez.

Por ahora eso es una utopía en Ecuador. La misma entrevistada asegura que hay equipos que no cuentan con doctores, fisioterapeutas, agua, ni canchas donde entrenar.

“Para evolucionar se necesita el apoyo de muchas partes. La forma correcta es creer y confiar en el talento y la capacidad que tenemos, solo así se podrá vitrinear y transferir jugadoras, generando así más ingresos para los clubes. No es un gasto, es una inversión”, acota Montaño.

No solo es participar. Se necesitan contratos profesionales, con seguros de salud, buen sueldo, para hablar de profesionalismo

Liliana Bowen, jugadora de Emelec.

En enero de este año la FIFA publicó un informe del mercado global de transferencias, confirmando un incremento del 16,3 % en el fútbol femenino. Los traspasos durante 2019 alcanzaron los 7.345 millones de dólares.

Fernanda Vásconez, integrante del club Ñañas, considera indispensable contar con un reglamento propio. “Se podrían programar los partidos de la liga femenina en horarios que no se crucen con la masculina, para así crear nuestro propio mercado”.

Una jugadora, quien prefirió mantenerse en el anonimato, afirma que hay clubes que no le dan contratos y solo se limitan a acuerdos verbales.

Así las cosas, más de la mitad de las integrantes de la Superliga Femenina de Ecuador formarían parte de un torneo con nombre rimbombante, pero que está muy lejos de ser profesional.

GUARDAMETA SIN GUANTES

La Conmebol puso como exigencia que para competir en torneos internacionales, los clubes deben contar con equipos femeninos.

Natali Villavicencio considera que no todos lo hicieron de forma responsable. “El año pasado el nivel no era competitivo. Deportivo Cuenca goleó 21-1 a Fuerza Amarilla, y la guardameta rival no tenía ni guantes. Hay quienes ven esto como un gasto, cuando podría ser una verdadera mina de oro”.