En 2015, un año antes de participar en los Juegos Olímpicos de Río -donde se ubicó en quinto lugar, adjudicándose diploma olímpico- Carlos Quipo recibió una propuesta que cambiaría su vida... y se la hizo su suegra. 

La señora, quien tiene una cadena de restaurantes en Tena, le comentó al entonces boxeador lo rentable que resulta el negocio de la comida. Quipo aceptó y decidió invertir parte del dinero que recibía como integrante del Plan de Alto Rendimiento (2.300 dólares mensuales) en dicha iniciativa. Las cosas le salieron tan bien, que hoy tiene dos locales en dicha ciudad y ya está pensando en abrir un tercero.

Su esposa, Tatiana Chávez, fue fundamental en este emprendimiento, porque ella era quien administraba la cevichería ‘ElSabor de Quipo’ cuando el púgil se ausentaba durante mucho de tiempo del país, para cumplir con sus compromisos deportivos. 

Esa suerte no la tuvo Priscila Lazo, quien se vio en la disyuntiva de elegir entre sus estudios (licenciada en Fisioterapia) y su amor por el karate do.

Ella también perteneció al Programa de Alto Rendimiento. Además de conseguir medallas sudamericanas y panamericanas, formó parte del equipo ecuatoriano que se ubicó en quinto lugar en los mundiales de dicha disciplina -junto a Jacqueline Factos y Valeria Echever- pero cuando le comunicaron que solo estaría en la categoría de apoyo -no le pagarían las bases de entrenamiento- y al necesitar tiempo para hacer su tesis, tuvo que dejar de lado al deporte.

“Solo me daban viáticos y la mayor parte de las prácticas eran en Quito, así que debía pasar mucho tiempo fuera de la ciudad. Cuando entrenaba en Guayaquil tenía que pagarme pasaje, comida, medicina, hasta el agua. En mi familia somos cuatro y se necesita dinero, así que tuve que aceptar un trabajo de medio tiempo en el Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), donde nos dieron una charla que me sirvió mucho”.

Priscila se refiere a la asesoría que la empresa Adecco Grou ha brindado por tres años consecutivos, con la finalidad de brindar herramientas útiles para la inserción en el mercado laboral de los deportistas.

La patinadora María José Díaz sí asistió a dichas conferencias, una iniciativa del Comité Olímpico Internacional (COI), y por eso decidió entrar en sociedad con su hermana mayor, Gabriela, quien también practicó dicha disciplina y tiene una escuela de patinaje en la ciudadela Puerto Azul.

“Yo sigo compitiendo, pero ahora las cosas se me complican, porque estoy terminando mis estudios. Cuando salgo de la universidad tengo que volar a los entrenamientos en el Comité Olímpico. Hasta hace unos meses recibía alrededor de 1.000 dólares por pertenecer al Programa de Alto Rendimiento y ahora debo decidirme por el trabajo o el deporte”, dice María José, mientras supervisa los ensayos de algunas de sus alumnas, entre las que destacan: Alejandra Stark, Samantha Ramsey, Nathaly Alvarado y Sarama Quinteros.

Esos son algunos de los casos de figuras amateurs, quienes adoran defender los colores del país, pero entienden que muchas veces el deporte es ingrato y, al menos en Ecuador, no da para comer.

• Claudio Villanueva

Deporte: Marcha.

Negocio: Fábrica y venta de fideos artesanales.

Ciudad: Cuenca.

El campeón panamericano de los 50 kilómetros marcha, invirtió en un negocio de venta de fideos artesanales que su mamá, Julia Flores, inició hace 40 años, en su natal Cuenca. Reconoce que la fama adquirida en el deporte le ha permitido ganar un espacio de preferencia en los negocios. En el lugar solo trabajan los dos y venden alrededor de 150 fundas por semana, a un costo de un dólar cada una.

• Priscila Lazo

Deporte: Karate do.

Negocio: Fisioterapia.

Ciudad: Guayaquil.

Campeona sudamericana, estuvo en el Programa de Alto Rendimiento, pero cuando la cambiaron de nivel y dejó de recibir ayuda económica, tuvo que inclinarse por su profesión. Actualmente tiene un trabajo de medio tiempo en el Comité Olímpico Ecuatoriano y, aunque no descarta su posible regreso, entiende que “las deudas no se pagan solas” y necesita ingresos.

Hermanas Díaz

Deporte: Patinaje.

Negocio: Escuela de patinaje.

Ciudad: Guayaquil.

Gabriela (blusa verde) y María José Díaz (blusa negra) decidieron continuar en el deporte que tanto las apasiona. La primera ya se retiró de la actividad, mientras que la segunda está terminando sus estudios de Derecho en la UniversidadLaica y se encuentra en la disyuntiva de saber si podrá combinar su trabajo en los juzgados con los periodos de práctica previo a cada competencia.

• Carlos Quipo

Deporte: Boxeo.

Negocio: Restaurante.

Ciudad: Tena.

Múltiple campeón nacional y medallista sudamericano, representó a Ecuador en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Invirtió su dinero en la compra de terrenos (algunos se lo donaron por sus logros deportivos) y en una cevichería. La iniciativa tuvo tanto éxito que abrió una sucursal y para el próximo año podría inaugurar un tercer local en la ciudad de Tena.

Lo ideal es que sigan ligados al deporte

Viviana Rodríguez, gerenta de la División Profetional de Adecco Ecuador, explica que las charlas que ellos brindan en las oficinas del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE) tienen como finalidad darle a los deportistas las herramientas necesarias para ingresar al mercado laboral, de preferencia en las ramas que ellos practican, aunque admite que no siempre se lo puede lograr.

“Esa es la idea, pero muchos optan por la microempresa o negocios propios que lo ven más viables, porque se cruzan con sus entrenamientos o sus estudios. Es así que tenemos chicos que han incursionado en temas como la cosmética, ropa deportiva, etc.”, indica.

La iniciativa lleva tres años en el país, pero Adecco -una multinacional suiza- ya lo viene practicando desde hace más tiempo en otros países de Sudamérica y Europa.

“Hemos tenido buenos resultados en Colombia, Argentina y la mayoría de países europeos en los que incursionamos. La aceptación ha sido realmente motivante y nos agrada la idea de que muchos deportistas continúen ligados a la disciplina que practican, que encuentren en ella una forma de ganarse la vida y al mismo tiempo transmitan sus conocimientos a las nuevas generaciones”, acota.

Muchos atletas no han podido asistir a las charlas, porque cuando las dieron estaban compitiendo dentro o fuera del país, pero a sus oídos ha llegado la información y por iniciativa propia -más uno que otro consejo de sus compañeros- se decidieron a dar el primer paso.