Con la presión de una semana en la que se fue eliminado de la Copa Ecuador y con actos reprochables de los hinchas en contra del técnico Ismael Rescalvo, Emelec recibió en el estadio Reales Tamarindos de Portoviejo a Gualaceo y se quedó con el triunfo 2-1. Los azules hicieron de local en Manabí, luego de la suspensión del Capwell por lo ocurrido ante Independiente del Valle.

El único partido que registran ambos clubes fue el que se jugó en la primera etapa y el Bombillo cayó 2-1. Hoy, más allá de equiparar la estadística, Emelec necesitaba ganar para seguir vivo en la lucha por el último cupo a la final.

No iba a ser un partido fácil para el Bombillo y sería un arranque con poca claridad, mucha posesión, pero con pocas jugadas de peligro en el arco del equipo azuayo.

La estrategia del visitante era replegarse cuando Emelec cruzaba la mitad de la cancha, y cuando salía jugando desde los pies de Pedro Ortiz , los jugadores que dirige Leonardo Vanegas los presionaban para forzar el error.

Si bien Ortiz no la pasó mal, el equipo azul no encontraba profundidad. Superada la barrera de los 25 minutos, Diego García ejecutaría un centro desde la izquierda y se vendría la inauguración del marcador. Mauro Quiroga se elevó solo, y de cabeza, envió la pelota al fondo de la red. Emelec se sacaba la sequía de 180 minutos sin marcar.

Los azules lograban plasmar esa superioridad, de la que hacían gala con la posesión, en el resultado. Pero no solo sería un gol. Motivados con el 1-0, un penal claro de Farías sobre Carabalí, motivaría el estallido general en el Reales Tamarindos de Portoviejo.

Al cobro de los 12 pasos fue Sebastián Rodríguez, quien ejecutó cruzado y con potencia. El portero Eras voló hacia el otro costado. El 2-0 era un bálsamo.

Gualaceo intentó inquietar al fina del primer tiempo, ganando metros y animándose a atacar, pero nada de riesgo real.

Pero el segundo tiempo cambiaría su tónica y los azules sufrirían. Gualaceo sabía que tenía que cambiar su intención en el juego y con dos goles por detrás, era inminente que debía salir a jugar más en ataque.

Y fue así. Emelec lució confiado con los dos goles, dejó la intensidad del primer tiempo y Gualaceo lo convertiría en figura a Pedro Ortiz. La visita redujo el margen con un golazo de Farías, quien hizo la falta en el penal de Emelec. Góngora se combinó con él, y el lateral del equipo azuayo, llegó solo para meter un remate potente, imposible para Ortiz.

El gol llegó a los 52 minutos, y a esa jugada de peligro, se sumaron tres más que dejaron al portero azul como el gran protagonistas del complemento.

Al final el partido se pintó de azul, pero con sufrimiento y muchas preguntas en el aire luego de lo mostrado en la mayor parte del segundo tiempo. Emelec necesitaba ganar, lo hizo y no afloja en la lucha por jugar la final con Barcelona. La próxima jornada medirá a Delfín en Manta.