El balompié ecuatoriano ha abierto un abanico de oportunidades para estrategas nacionales. Varios de ellos han empezado sus procesos y estos están marcando un camino promisorio para las futuras generaciones. Tanto así, que uno que estaría encasillado en el mote de promesas, hoy es una realidad con un proyecto ambicioso con el Imbabura SC: Joe Armas, pero no es el único, hay más que pisan firme en nuestro fútbol.

El año pasado, Juan Carlos León de 9 de Octubre fue considerado entre los mejores entrenadores de la temporada, logrando clasificar a su club a la Copa Sudamericana, en la que compitió con chances de clasificar hasta la última fecha.

Guste más o menos, Pool Gavilánez ha mantenido un extenso proceso al frente de Guayaquil City, salvándolo del descenso, metiéndolo en Copa Sudamericana, ha logrado que el City venda varios jugadores y ha ascendido a otros más de las formativas.

Otro entrenador que, sobre todo, en esta temporada, ha causado furor, es Leonardo Vanegas de Gualaceo, quien le ha ganado a Emelec y Barcelona convirtiendo a su equipo en uno complicado de medir y sacarle puntos. Cerró la primera etapa del campeonato en noveno lugar y con 20 puntos, a 10 del líder, Barcelona que obtuvo 30.

Luego hay dos entrenadores en Tungurahua que llevan más capítulos vividos en el balompié estelar de Ecuador: Paúl Vélez, en Macará, y Geovanny Cumbicus, en Mushuc Runa.

EXPRESO conversó con varios de estos protagonistas y resaltaron las razones del porqué hoy existen más oportunidades que antes en los banquillos.

“El auge de los entrenadores ecuatorianos se da por la oportunidad que se les está brindando. No hay ninguna preparación, experiencia, ni trabajo que pueda mostrarse sin la oportunidad y los directivos están abriendo las puertas”, empezó comentando León.

El DT del Súper 9 reconoce que mucho de los jóvenes futbolistas que están hoy en la selección nacional son producto de formadores ecuatorianos.

“La mayoría de los que van al Mundial son jóvenes, es porque se está haciendo un buen trabajo a nivel de formación de jugadores”, agregó León, quien mientras nos atendía, estaba observando el partido entre 9 de Octubre y Delfín, de divisiones inferiores.

León ha medido a varios de sus colegas y reconoce que “son buenos, preparados y sobre todo tienen la capacidad para dirigir y sin tener las armas que tienen otros directores técnicos. Cada uno tiene su metodología y propuesta, me llevo bien con todos ellos y tratamos de abrir camino para que las nuevas generaciones no tengan que bregar mucho y sea un denominador común que el DT ecuatoriano sea tomado en cuenta en muchas categorías”.

Gavilánez dirige en la Serie A desde el 2017 e identifica con algunos puntos el auge de los entrenadores ecuatorianos.

“Una de las cosas más trascendentales es que la liga subió a 16 equipos que hacen que haya más competencia. Otra es que el curso de técnico tiene apenas 10 o 12 años y de esa camada están surgiendo algunos. Tercero, el tema económico que vive la región porque los ecuatorianos generan menos gastos logísticos, traslados, y además, hoy el nivel de un técnico extranjero y el nacional se ha equiparado”.

Pero qué hace falta para que equipos grandes como Barcelona, Emelec y Liga de Quito confíen en proyectos de nacionales, Gavilánez admite que “es cuestión de tiempo”, pero que deberá ir de la mano con “las cosas que podamos ganar y mostrar que podemos conseguir para llamar al atención de clubes grandes”.