Su familia le hizo un camello de peluche para que apoye a Ecuador en las eliminatorias y en realidad le dio suerte. Ecuador Echeverría García tiene 65 años, es de Pasaje, El Oro, e iba de estadio en estadio con el camello de juguete.

Se puso en mente que si la Tri se venía a Qatar, él también lo haría. Ya tiene una semana en Doha y se trajo el camello de juguete que tiene luces.

Han pasado los días, pero no había conocido al camello de verdad, pensaba que solo estaban en el desierto.

EXPRESO ubicó a los camellos en el sector de Souq Waqif y contactó a Ecuador, en realidad parecía un niño. Es que era un sueño.

Lo citamos en la parada del Metro de Souq Waqif, pero solo le dijimos que traiga al peluche. No sabía la sorpresa que le teníamos.

Ya habíamos comprado el boleto para que se subiera, costaba 20 reales qataríes, algo como 7 dólares. Y el momento llegó, Ecuador veía el inmenso animal.

“No puede ser, no, es el camello de verdad, no pensé que estaban también en el centro de Qatar, gracias Dios, gracias EXPRESO”, lo decía gritando. Los qataríes se dieron cuenta que estábamos locos.

Y se dio el momento, el camello se agachó y Ecuador se subió, sus ojos le brillaban, el corazón le latía, estaba tan contento don Echeverría que contagia.

Le dieron tres vueltas, pero don Ecuador quería más, el niño que lleva por dentro había salido a los 65 años. No se cansaba de darle gracias a Dios y a la vida.

Se emocionó tanto que mandaba saludos a Pasaje y al Ecuador... era la felicidad hecha persona.

Ecuador ha sido una sensación en Ecuador con sus camellos, ahora ya sabe lo que es subirse a uno real: “No puedo pedir más, estoy en Qatar, la gente me pide fotos, Ecuador ganó, me subí a un camello de verdad”, lo decía emocionado.

Echeverría se puso hasta nostálgico, dice que vino al Mundial por los que se fueron al cielo, por los hinchas que no pudieron venir y sobre todo para demostrar que los sueños se pueden cumplir sin importar los años.

Ecuador dijo que se ha enamorado de la cultura árabe, por el respeto, que le gustaría que la Tricolor llegue hasta cuartos de final y su regreso sea antes de Navidad a su Pasaje del alma. Además, le gustó tanto subirse al camello que el fin de semana volverá a hacerlo.

Señores, los sueños se cumplen.