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"La vacuna por sí sola no es la solución total de la pandemia. Es uno de los pilares, pero no la solución total de la enfermad”, afirma un epidemiólogo clínico.
Miguel Rodríguez

Coronavirus: Razones para no relajarse durante el proceso de vacunación

¿Puedo contagiarme después la vacunación? ¿Cuánto dura la inmunidad tras una infección natural? Expertos dan las claves para entender porqué no es idóneo bajar la guardia frente al virus

Los últimos meses del 2020 y los primeros del 2021 han compartido la ilusión y la esperanza que ha proporcionado la llegada paulatina de las vacunas contra el coronavirus en los ecuatorianos, ante un escenario tan agotador como el que se ha vivido desde el inicio de la pandemia.

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Sin embargo, pensar que las inoculaciones traen consigo una etapa de relajamiento respecto a las medidas de protección contra la covid-19 puede convertirse en un arma de doble filo que desencadene escenarios similares a los ya vividos en el país con la presencia de la enfermedad en sus puntos más críticos.

Al menos así concuerdan expertos consultados por EXPRESO, quienes advierten que la mascarilla y el distanciamiento social deben seguir acompañándonos hasta un futuro no tan cercano estemos o no vacunados. ¿Las razones? Hay varias. Es por eso que a continuación te presentamos una serie de puntos claves que debes conocer:

LA VACUNA NO EVITA QUE TE INFECTES CON EL VIRUS, AL MENOS HASTA AHORA

La principal razón para mantener la prudencia es que existe la posibilidad de que la vacuna no evite la transmisión del virus. “Hoy sabemos que protege frente a la enfermedad, pero no si protege frente a la infección", destaca Jhommara Bautista, ingeniera en biotecnología e investigadora biomédica.

Bautista explica que la vacuna te puede cubrir ante los síntomas graves que se generan por la enfermedad del SARS-CoV-2 (la covid-19), pero hasta ahora no hay la certeza de que prevenga la infección. “En los últimos informes recién se indica que el biológico de Pfizer y el de Moderna pueden prevenir los niveles de infección hasta cierto punto, aunque aún no se sabe cuánto, pues lo estudios no se han validado por todas las partes”.

Esto quiere decir que si una persona está vacunada y contacta con el virus, no va enfermar; pero es posible que se infecte y transmita el problema a otro. Por lo tanto, va a tener que continuar protegiéndose para proteger a sus seres cercanos.

“Aunque no se manifieste la patología, como se sabe por los casos asintomáticos, puede que el virus se esté replicando en el aparato respiratorio superior de una persona y, por consiguiente, pueda transmitirse a sus contactos”, advierte la experta.

Por su parte, Rodrigo Henríquez Trujillo, epidemiólogo clínico y especialista en Salud Pública, añade que esa posibilidad de contagio en un vacunado es mayor cuando no se han completado las dos dosis necesarias para estar inmunizado. Incluso, después de recibir dos dosis, “todavía existe un porcentaje de riesgo de infectarnos”.

Henríquez comenta que, según los datos disponibles, se sugiere que algunos individuos pueden seguir infectándose con coronavirus, aunque sí que tendrían menos carga viral y consecuentemente enferman menos que aquellos que no se han infectado o vacunado.

“Cabe señalar, que en los casos de infección post-vacunación hasta ahora registrados, todos fueron leves y ninguno requirió de hospitalización. Si bien puede haber riesgo de infección, quienes se infecten tendrán una enfermedad mucho más leve y se reduce en un 100 % el riesgo de enfermedad grave o muerte”, asevera el investigador.

¿A qué responde la posibilidad de contagiarse a pesar de estar vacunado? Básicamente, según indica Henríquez, esto responde a las características de la persona que fue vacunada. "Hay ciertas personas que, pese a que reciben una o las dos dosis de la vacuna, su sistema inmunitario no logra desarrollar suficientes mecanismos de defensa para garantizar un 100 % de protección", señala.

EL EFECTO DE LA VACUNA NO ES INMEDIATO Y TAMPOCO SABEMOS HASTA CUÁNDO DURARÁ LA INMUNIDAD

Los expertos también recuerdan que la protección que proporcionan las vacunas no es inmediata. La mayoría de vacunas aprobadas actualmente contra la covid-19 son de dos dosis, como es el caso de Pfizer, el biológico que se está utilizando en Ecuador. La respuesta de nuestro sistema inmunológico se despierta dos semanas después de la administración de la primera (cerca del 50 %). No obstante, no es hasta la segunda dosis que se alcanza la protección máxima que ofrece a vacuna.

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El máximo nivel de protección (95,3 % contra la enfermedad grave en el caso de Pfizer) se alcanza entre los siete y los diez días después de la segunda dosis. En teoría, hasta ese momento la persona vacunada sigue siendo igual de vulnerable a la enfermedad grave suponiendo que contacte con el virus antes.

Por lo tanto, idealmente las personas deberían esperar por lo menos dos semanas después de recibir la vacuna para considerar que ya están protegidas, de acuerdo a lo que indican los fabricantes de las vacunas.

“Los datos de los fabricantes han reportado la eficacia de la vacuna siete días después de recibir la segunda dosis. Pero como sabemos que puede haber diferencias individuales, es mejor ser un poco conservadores y asumir que la protección es mayor cuando ha pasado un poco más de tiempo”, indica Henríquez.

¿Esa inmunidad es eterna? A ciencia cierta esto aún no se conoce. Bautista sostiene que todavía no se ha informado sobre el tiempo definitivo de inmunidad que proporciona la vacuna y que “todo dependerá de cómo va funcionando el sistema inmune de las personas”.

Las estimaciones más pesimistas -asegura la científica- hablan de que puede durar al menos ocho meses, “pero es probable que pueda durar más”.

Estas estimaciones se acercan a las publicadas este miércoles por Pfizer, en las que anuncia que su fármaco presenta una protección de al menos seis meses. Sin embargo, recuerda Bautista, “aún no se conoce la duración completa, por lo tanto, deben seguirse utilizando las medidas de salud”.

Así que realmente tendremos que esperar a que pase el tiempo para ver cuánto dura la efectividad de estas vacunas.

Jhommara Bautista, ingeniera en biotecnología e investigadora biomédic.

La razón por la que no sabemos cuánto tiempo dura la protección se debe a la duración de los ensayos clínicos y el tiempo que llevamos de pandemia. “Recuerden que llevamos poco más de un año de pandemia, por lo tanto no hay ningún estudio que haya logrado evaluar la eficacia de las vacunas por periodos más largos que seis u ocho meses y por lo tanto no sabemos la extensión de la protección”, apunta Henríquez.

El otro problema que tenemos para conocer este dato -continúa el epidemiólogo clínico- es que, “al parecer, la mayor parte de la protección que generamos con las vacunas no está dada por la protección de anticuerpos, sino que está dada por lo que se conoce como inmunidad celular”. Es decir, células, ya sean linfocitos T o B, que al ser entrenados para pelear contra el virus quedan como células de memoria.

“Estas están guardadas en alguna parte de nuestro cuerpo y se despiertan solamente en el caso de que llegue haber infección natural por el virus. Ahí se activan se multiplican y logran contraer el virus” añade Henríquez y aclara:

"Como estas células son células de memoria, a veces es difícil medir la cantidad de ellas que puede haber en nuestro cuerpo y por eso en realidad tenemos una visión imperfecta del grado de protección, ya que normalmente estamos midiendo más bien la protección de anticuerpos y no de inmunidad celular”.

En conclusión: lo que sabemos es que la protección está dada principalmente por inmunidad celular y que esta inmunidad dura al menos ocho meses. Aún no se sabe exactamente porque no hemos tenido suficiente tiempo para estudiar el grado de protección. Por lo tanto, hay que cuidarse ante cualquier posible escenario.
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VARIANTES: LAS MUTACIONES DEL SARS-COV-2 PODRÍAN PERMITIRLE ESQUIVAR LA PROTECCIÓN QUE OFRECEN LAS VACUNAS

La existencia de nuevas variantes del virus también genera cierta inseguridad. Más allá de que puedan ser más transmisibles o no, en algunos casos las mutaciones permiten al SARS-CoV-2 esquivar la protección que ofrecen las vacunas. Así lo apuntan algunos datos, al menos, con respecto a la sudafricana. De hecho, Sudáfrica dejó de vacunar con AstraZeneca.

"Puede ser que la protección no sea tan buena como lo es frente a las variantes que han dominado hasta ahora", apunta Bautista. En paralelo, las farmacéuticas avanzan muy rápido en la adaptación frente a estos cambios y por fortuna la mayoría de vacunas que están en el mercado (incluida la de Pfizer) ofrecen protección contra las nuevas variantes.

“Si bien la protección es menor contra estas variantes y ya no alcanza el 90 % si no un 70 %, existiría la posibilidad de que una variante nueva que se presente escape de la protección que ofrecen las actuales vacunas”, enfatiza la investigadora biomédica.

¿En esa situación que habría que hacer? Si esto llega a pasar -interviene Henríquez, habría que volver a considerar algunas de las medidas de salud pública que hemos estado usando tradicionalmente como la restricción de la movilidad humana, el uso de mascarillas y el distanciamiento. “Pero también habría que entrar en una fase acelerada de la elaboración de nuevas vacunas que sirvan como un refuerzo”, esclarece.

“Por eso justamente hay que permanecer vigilantes ante los cambios y las mutaciones que se van produciendo en los virus que circulan. Y también entender que la vacuna por sí sola no es la solución total de la pandemia. Es uno de los pilares, pero no la solución total de la enfermad”.

EL PROCESO DE VACUNACIÓN EN ECUADOR ES LENTO Y NO HAY SUFICIENTE GENTE VACUNADA

Ecuador inició el proceso de vacunación contra el coronavirus a inicios de enero de 2021, pero hasta este 1 de abril las dosis que han arribado al país (445.000 de Pfizer) se alejan por mucho a las más de dos millones que esperaba tener el gobierno para el pasado mes de marzo.

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Asimismo, el número de vacunados conforma una cifra poco alentadora para poder buscar una posible inmunidad colectiva. Según los últimos datos del planvacunarse.ec, en el país solo se ha administrado la primera dosis de la vacuna contra la covid-19 en 174.642 en ciudadanos.

“En este momento en Ecuador tenemos vacunados a menos del 1 % de la población. Para poder tener un efecto protector evidente por la vacuna, tendríamos que haber vacunado al menos al 60 % o 70 % de los adultos. Eso significaría haber administrado los casi 20 millones de dosis que el país se ha comprometido a comprar”, afirma Bautista.

Mientras no hagamos eso, aseguran los expertos, va a ser muy difícil que retornemos a una actividad normal como reunirnos sin mascarilla y sin distanciamiento. Por lo tanto, volver a la “vida de antes” va a depender en gran medida de qué tan rápido se administren esas 20 millones de dosis de vacunas.

Si se cumple la programación del Gobierno y hasta finales de septiembre logramos tener esa cantidad de dosis administrada a la población, yo asumiría que hacia finales de 2021 o inicios del 2022 podríamos retomar una actividad normal. Pero el panorama no es alentador.

Rodrigo Henríquez Trujillo, epidemiólogo clínico y especialista en Salud Pública

Por otro lado, si no se llega a vacunar del 60 % a 70 % de adultos en todo el mundo, no podremos controlar de manera adecuada la pandemia en nuestro país, pues la globalización juega un papel muy importante en todo esto.

Aunque países como Israel, Chile o Estados Unidos lleguen a vacunar a suficiente población dentro de sus territorios; si otras naciones no lo logran, habrán casos de coronavirus en el mundo y una posible nueva introducción de contagios en los países ya “inmunizados”, pues vivimos en un mundo globalizado con un sinnúmero de viajes intercontinentales, según explican los expertos.

“Por eso es tan necesario una distribución equitativa de vacunas entre todos los países del mundo, como ya ha alertado varias veces la OMS”, dice Henríquez. Y es que según datos del organismo, tres cuartas partes de las personas vacunadas viven en 10 países ricos que suponen el 60 % del PIB mundial en conjunto. Frente a ellos, otra realidad: 130 países, donde viven 2.500 millones de personas, todavía apenas han podido comenzar a vacunar.

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HAY QUE SER CONSCIENTES DE LAS CIFRAS

A criterio de los expertos, el desconocimiento por gran parte de los ciudadanos de todo lo mencionado anteriormente; sumado a la minimización de la pandemia por parte las autoridades; a las aglomeraciones en eventos como las elecciones o el feriado de carnaval y al hecho de no haber podido implementar un sistema efectivo de diagnóstico de casos y de seguimiento de contactos; provocan que a día de hoy los contagios no dejen de sumarse por miles en Ecuador y alcancen los 330.388 totales confirmados.

“Los datos son alarmantes. De las 1.000 pruebas que se hacen diarias, el 50 % son positivas. Es una cifra bastante alta que se puede comprar con las cifras de julio del año anterior, es decir, hemos retrocedido más de medio año", advierte Bautista.

Solo en marzo de 2021 se sumaron 42.600 contagios nuevos, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia, con un promedio de 1.500 casos diarios.

Tanto Bautista como Henríquez insisten en acatar al pie de la letra las principales normas de prevención de contagios contra el coronavirus: lavarse las manos regularmente, hacer uso continuo de mascarilla y mantener distanciamiento de dos metros con los demás. Por el bien tuyo; por el bien de todos.