Vitiligo, una condición inmunológica que va más allá de la piel

El vitiligo es mucho más que una cuestión estética. Se trata de una condición crónica que afecta la pigmentación de la piel y que puede tener un impacto emocional profundo en quienes la padecen. Los especialistas aclaran que no es una enfermedad contagiosa, pero la empatía sí lo es, y es justamente lo que más suele faltar.

Aunque comúnmente se piensa que es solo un ‘problema de manchas’, la ciencia detrás de este trastorno revela una realidad mucho más compleja. “El vitiligo es un trastorno pigmentario que se produce por la destrucción selectiva de melanocitos, las células encargadas de producir el pigmento de la piel”, explica la doctora María Cecilia Briones, jefa del área de fototerapia en la clínica Úraga y estética.

Estas lesiones despigmentadas, conocidas como máculas, pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y en cualquier etapa de la vida, incluso desde la infancia temprana. Aunque se asocia con enfermedades autoinmunes como el hipotiroidismo o la diabetes tipo 1, también puede estar vinculado con alteraciones neurológicas.

Según la doctora, si bien no se hereda directamente, existe una predisposición genética: “Entre el 20 % y el 30 % de los pacientes con vitiligo tienen un familiar que también lo presenta”. Este dato confirma la importancia de la historia clínica familiar al momento de realizar el diagnóstico.

Vivir con vitiligo

El tratamiento ha avanzado notablemente y hoy se aborda desde diferentes frentes: farmacológico, físico y quirúrgico. Entre los medicamentos, se destacan los corticoides, los inhibidores de la calcineurina y el calcipotriol. A nivel físico, la fototerapia en sus modalidades UVB, UVA y láser excímer ha demostrado gran efectividad.

“Nuestro objetivo es frenar el avance de la enfermedad, estimular la repigmentación y mejorar la calidad de vida del paciente”, indica la especialista. En algunos casos seleccionados, también se consideran tratamientos quirúrgicos como el injerto de piel.

El curso del vitiligo es impredecible. Puede detenerse espontáneamente o avanzar con el tiempo, por lo que el diagnóstico temprano y un tratamiento integral son claves. Además del enfoque médico, el acompañamiento psicológico es crucial para abordar el impacto emocional que genera esta condición. “El vitiligo no es contagioso. Debemos romper los mitos y educar para evitar la discriminación”, enfatiza la Briones.

Winnie Harlow: símbolo autoaceptación

La modelo canadiense Winnie Harlow ha redefinido los estándares de belleza contemporáneos, transformando su vitiligo -diagnosticada a los 4 años- en un símbolo de empoderamiento. Descubierta por Tyra Banks en America's Next Top Model (2014), donde llegó a ser una de las 14 finalistas, Harlow convirtió lo que alguna vez fue motivo de burlas ("me llamaban cebra o vaca") en su sello distintivo.

Hoy, con más de 10 millones de seguidores en Instagram, es embajadora de marcas como Dior, Diesel y Swarovski, ha desfilado para Victoria's Secret y protagonizado portadas de revistas internacionales. Su impacto trasciende las pasarelas: es fundadora de Cay Skin, una línea de protectores solares que responde a las necesidades de pieles sensibles como la suya.

"A medida que fui creciendo, se fue complicando. Cuanto más grandes son los chicos, se hacen más crueles, y sufrí muchas intimidaciones", confesó en una entrevista. Su historia refleja un cambio cultural: lo que antes generaba rechazo, hoy inspira a millones.

Vino tinto y vitiligo

Investigaciones recientes publicadas en el portal de PubMed Central han revelado hallazgos interesantes sobre los posibles efectos protectores del vino tinto contra el vitiligo, utilizando un enfoque genético para estudiar los resultados en la salud.

El estudio encontró que las personas con una predisposición genética al consumo moderado de vino tinto presentaban un riesgo significativamente menor de desarrollar vitiligo. Se observó una reducción del 72 % en el riesgo de vitiligo con un mayor consumo semanal de vino tinto. Esto sugiere que su consumo moderado podría tener beneficios protectores frente a la enfermedad.

Los posibles beneficios del vino tinto se atribuyen a su alto contenido de antioxidantes. Estas sustancias ayudan a reducir el estrés oxidativo, un factor clave en el desarrollo del vitiligo. Al combatir este estrés celular, el vino tinto podría proteger a los melanocitos, las células responsables de producir el pigmento de la piel.

Aunque los resultados son prometedores, es fundamental tener en cuenta que la relación entre el vino tinto y el vitiligo es compleja y no debe analizarse de forma aislada. Al incorporar variables como la diabetes, el consumo general de alcohol y trastornos como la depresión, los posibles efectos protectores se vuelven menos claros.

Además, es fundamental tener en cuenta que el consumo excesivo de alcohol puede generar consecuencias negativas tanto en la salud física como en la mental, lo que subraya la importancia de la moderación y de considerar el contexto clínico individual antes de hacer cambios en la dieta.

La moderación es clave. Las recomendaciones de salud sugieren una copa diaria para mujeres y hasta dos copas para hombres, recordando que una porción estándar de vino equivale a unos 150 ml (5 onzas).

Porcentaje mundial del vitiligo

Según Vitiligo Research Foundation, el vitiligo afecta entre el 0,5 % y el 2 % de la población mundial, aunque su prevalencia varía según la región. En Gujarat (India) se registra la cifra más alta del mundo, con un 8,8 % de la población afectada. Hombres y mujeres lo padecen por igual, pero las mujeres buscan tratamiento con mayor frecuencia.

Alrededor del 20 % de los pacientes tiene un familiar de primer grado con vitiligo, y la enfermedad aparece antes en quienes tienen antecedentes familiares. Es más común en mujeres jóvenes (menores de 30 años), con un pico en la primera década de vida; en los hombres, el pico se da en la quinta década. El diagnóstico es más frecuente en primavera y verano.

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