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Foto del evento realizado el 25 de noviembre.EFE

De las opiniones personales a la realidad de las niñas y mujeres en el Ecuador

Las declaraciones de la primera dama, María de Lourdes Alcívar, el 25N, encendieron las alertas de la academia y de las organizaciones de Derechos Humanos. Su palabras fueron contrastadas por la realidad que viven las niñas y mujeres 

El pasado 25 de noviembre, Día Internacional contra la violencia a las mujeres, el gobierno nacional realizó un evento para el lanzamiento de su nueva campaña “De la indignación a la acción”, en donde el presidente Guillermo Lasso declaró como una prioridad nacional la promoción y defensa de la igualdad de género, así como el empoderamiento de las mujeres en el ámbito social, económico y político.

Sin embargo, en el marco de este evento, durante 10 minutos intervino María de Lourdes Alcívar, la esposa de Lasso. Tomando una hoja con lo que parecía un discurso previamente preparado, la primera dama inició leyendo dando datos de femicidio en el Ecuador durante el primer semestre del 2021, cerca de 70 mujeres asesinadas. A partir de aquí, aparentemente, empezó a improvisar.

Dayanna Monroy, Carolina Mella y María Isabel Gonzales, en entrevista con este Diario.

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María de Lourdes no es funcionaria pública, ni experta en temas sobre violencia de género, pero con su intervención pública en el lanzamiento de esta campaña, su voz y su presencia fueron legitimados frente a representantes de la cartera de Estado, como parte de las posturas de estas nuevas políticas de gobierno.

Su participación, junto al presidente de la República, al secretario de Comunicación, Eduardo Bonilla, y la secretaria de Derechos Humanos, Bernarda Ordóñez, estuvo llena de comentarios que han despertado las alertas de la academia, de organizaciones de Derechos Humanos, feministas y de protección de víctimas de violencia de género.

En EXPRESO, hemos consultado con varios de estos para analizar algunas de las frases pronunciadas por Alcívar y contrastarlas por la realidad que viven las niñas y mujeres en el Ecuador.

No, mujeres, no somos víctimas de nadie, solo de nosotras mismas, si nos dejamos. Si nosotras no nos hacemos respetar, nada va a cambiar.

Para Nadya Donoso, representante del Centro Ecuatoriano para la promoción y acción de la Mujer (CEPAM), las palabras de la esposa del presidente “denotan total desconocimiento hacía la realidad de niñas, adolescentes, mujeres y adultas mayores del país, cada 44 horas una mujer es víctima de la más cruenta expresión de la violencia machista el femicidio”.

No reconocer esta problemática social para poder actuar acorde a ellas y así “asignar presupuestos, formar a funcionarias y funcionar, además de políticas públicas de parte del Estado” es una realidad que enfrentan día a día las niñas y mujeres del Ecuador “que culpabiliza a la víctima en lugar de poner la responsabilidad en el agresor”, detalla.

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La estadística de la Policía Nacional en Ecuador registra un promedio de 42 denuncias diarias por abuso sexual, acoso y violación a mujeres y menores de edad.

Tamara Idrovo, periodista del programa Ruta Feminista señala que “si el gobierno está pretendiendo ir ‘de la indignación a la acción’ frente a la violencia de género, a través de un discurso que culpa a la víctima no va a contribuir en absolutamente nada en erradicarlo”. Tomando en cuenta que el Ecuador es un país donde el 65 % de las mujeres han experimentado por lo menos un hecho de algún tipo de violencia de género, según datos del INEC.

Antes de denunciar hay que tratar de ayudar. Buscar una ayuda psicológica que no se quede en la denuncia en sí porque si no se queda en la indignación contra el otro.

Jenny Pontón, investigadora en temas de comunicación y género, y editora de la Revista Iconos de Flacso, indica que lo que trata de decir Alcívar con este comentario es que las mujeres deben evitar caer en la denuncia y buscar ayuda psicológica “para que tú como mujer trates de manejar esta violencia, pero esta no es una violencia que la mujer pueda manejar”.

En el Ecuador, el 56,9 % de las mujeres han sufrido violencia psicológica, siendo esta la más común de las violencias, de ese porcentaje, más del 90 % no han denunciado esta forma de agresión. Y que, entre marzo y diciembre del 2020, en Ecuador se reportaron 79.946 llamadas al ECU 911 relacionadas con la violencia intrafamiliar.

“Vivimos en un país donde un gran porcentaje de la población vive en condiciones de pobreza y pobreza extrema, no existe presupuesto para que las mujeres puedan acceder a una consulta psicológica gratuita, que deben ser provistas por el gobierno para que justamente acompañen a las mujeres a través del proceso de la denuncia y a la par con la reparación a la víctima”, detalla Pontón.

Yo me acuerdo que mi mami siempre me decía de chiquita, como a los 10 o 9 años ‘cuidado ese señor por más tío que es, cuidado ese señor que vino, nada de zalamerías, cuidado’ hay que tratar así también para que las niñitas desde chiquitas se cuiden.

Ecuador es un país donde el 65 % de casos de violencia sexual contra niños y adolescentes es cometido por familiares, según el Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional; y el 55,6 % de casos de violencia sexual contra menores de edad no son denunciados por las familias.

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Idrovo indica que “ella con este discurso representa a una parte de la sociedad ecuatoriana que piensa, siente y actúa desde estos puntos de vista donde se educan a las niñas con el ‘cuidado con la zalamería’ ‘cuidado con el tío’”.

Un comunicado de la ONU Mujeres señala que Ecuador es el tercer país de la región con la tasa más alta de embarazo adolescente, pues cada día en el país se producen cinco partos de niñas gestantes entre 10 y 14 años. Además 7 niñas menores de 14 años son violadas cada día en el país según la investigación ‘Violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes’ de Llerena Pinto en 2019.

Gran parte de estos incidentes no son denunciados, pues los adultos, por una serie de prejuicios o por miedo a ser cuestionados, prefieren no informar a las autoridades.

Valeska Chiriboga, analista política feminista del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos dice que “las intenciones del gobierno deben responder, en primera instancia, a los derechos de las niñas, adolescentes y mujeres ya reconocidos en la constitución; y a los estándares internacionales de derechos humanos” además agrega que las políticas gubernamentales no deben quedarse solo en intentos, principalmente con las niñas y adolescentes, ya que estas opiniones provocan “una incertidumbre muy grande”.

Si dos no pelean, no se dan esas circunstancias. Eso hacemos en casa. Si Guillermo está un poco alterado yo prefiero irme por la derecha. Voy a hacer mi vida y paso feliz, voy a hacerme como que me resiento y de ahí regreso. El perdón es lo primero.

Para Paola Andrade, fundadora de la ONG afiliada a UNICEF ‘Ecuador Dice No Más’ estos discursos solo demuestran el desconocimiento sobre la asimetría de poder que existe en la violencia machista, y que estas “no se basan en nada que la mujer pueda o no hacer, no es algo que la mujer pueda evadir”.

Andrade dice que “en este discurso de que ‘se necesitan dos para pelear’ se habla de una relación igualitaria, una idea que es muy opuesta a la realidad del país” donde las cifras demuestran que 30 de cada 100 mujeres de estado conyugal separadas, divorciadas y viudas, han experimentado por lo menos un hecho de algún tipo de violencia en el ámbito familiar a lo largo de su vida, y que 43 de cada 100 mujeres, sufrieron algún tipo de violencia por parte de su pareja según el INEC.

¿Qué recomiendan las expertas a la ‘Primera Dama’?

Ante la legitimación que puede tener María de Lourdes Alcívar al ser un personaje público con acceso a plataformas discursivas sustentadas por los organismos estatales, Jenny Pontón manifiesta que una persona que desconoce sobre las problemáticas, posee el privilegio de tener una voz que sea altamente escuchada "desdice de la seriedad que pueda tener el gobierno en actuar sobre esta situación que viven la mayoría de mujeres en el Ecuador".

La investigación social tiene atrás una profunda reflexión sobre los paradigmas en estos temas, y eso no puede invisibilizarse (…) si la ‘primera dama’ siente interés en estos temas, debe buscar informarse sobre ellos”, recomienda.

Paola Andrade coincide con esta recomendación, y señala que quienes vayan a dirigirse sobre estas temáticas a las y los ciudadanos “deben recibir una capacitación en género, para poder hablar desde el conocimiento, y no desde sus propias experiencias”.

Por su parte, Valeska Chiriboga comenta que María de Lourdes Alcívar con su discurso cubría el rol de vocera del programa. “Ella no estaba ahí como ‘la esposa del presidente’ o una invitada más”, recalcó.

Chiriboga también indica que “estas opiniones no responden solamente a ‘una forma diferente de pensar’ sino que responden a una realidad que se evita, que se desconoce y que ahora en un lugar tan relevante y visible que ocupa ella, no pueden dejarse pasar de lado”.

Finalmente, Donoso desde las posturas de CEPAM, recalca que la información debe tomarse como valor antes de la opinión. “Insistimos que es muy importante tener información basada en evidencia, ante de emitir comentarios que normalicen y perpetúen la violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres”, concluyó.