La pandemia empeoró las condiciones laborales que venían enfrentando los artistas del Ecuador. Siete de cada diez trabajadores de la cultura ya se encontraban en una peor situación en comparación con hace tres años, según revelaron en una encuesta, y la COVID acabó con la esperanza de muchos de recuperarse.

El Observatorio de Políticas y Economías de la Cultura, de la Universidad de las Artes, se estrenó la semana pasada con la entrega de su 'Termómetro cultural'. Allí mostró la percepción de 2.500 artistas.

La encuesta permitió poner en cifras una hipótesis que ya se manejaba: la gente de la cultura debe tener varios empleos para poder mantenerse en la actividad (al menos eso ocurre con la mitad de ellos). Y algo más, uno de cada tres gana menos del salario básico unificado, que es de 400 dólares.

Hay también quienes ya antes de la pandemia estaban desempleados, otros que trabajaban sin remuneración y los que lo hacían de manera intermitente. Las consultas se realizaron a personal involucrado en el arte en sus diferentes disciplinas, entre gestores culturales, técnicos del arte, artesanos artífices y docentes de arte y cultura, a nivel nacional.

Lo hicieron en uno de los periodos más críticos de la pandemia, pues las respuestas las recolectaron desde el 1 de abril al 15 de mayo pasado.

Fue un momento para preguntarles cómo estaban viviendo la crisis y admitieron que esta los ha llevado a una modificación generalizada en las formas de trabajar.

No solo eso. Los consultados mostraron su pesimismo con el futuro inmediato. La mediana de la pérdida de ingreso estimada es de 600 dólares durante el primer mes y medio de confinamiento y un 72 % piensa que esas pérdidas son definitivas, pues se cancelaron actividades culturales en las que participaban y que estas no se pueden recuperar.

Hay un porcentaje menor que mantiene el optimismo (20,37 %), ya que para ellos el impacto será temporal y consideran que las actividades culturales previstas en estas fechas se podrán realizar en otro momento. Se estima que la cultura atraviesa por una de sus peores crisis, que deja pérdidas de entre 20 y 30 millones de dólares mensuales como consecuencia de la pandemia de la COVID-19, dijo el ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco en una entrevista con EXPRESO en junio pasado.

El observatorio exploró en cómo este tema estaba afectando a los involucrados y también en cómo está la situación de protección en salud. La mitad de los trabajadores encuestados dijo no tener un sistema de seguro médico (ni público, ni privado) y que la mayoría no dispone de ahorros por sus limitaciones de ingresos.

Este es un primer reporte, pues se buscará también ahondar en otros temas de investigación de relevancia para las artes, la cultura o el patrimonio.

• La labor

El Observatorio nació tras la firma de un convenio entre la Universidad de las Artes y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

• Pablo Cardoso / Director del ILIA de la Universidad de las Artes

¿Cuál es el objetivo de esta propuesta en la que está inmersa la universidad?

Es un deber de la universidad pública de artes del Ecuador involucrarse en la discusión de la realidad del sector y también, por qué no, contribuir en las fases de formulación de políticas públicas de mejor calidad.

¿Cuál será el siguiente paso que darán dentro del proyecto del Observatorio?

Hemos presentado una batería de indicadores a partir de los cuales se requiere profundizar los análisis e interpretaciones. Convocaremos de manera pública para que se propongan artículos de investigación.

Luego de presentar encuesta, ¿en qué tema centrarán su trabajo?

Aún no hemos decidido el tema sobre el cual investigaremos en los próximos meses. Queremos que la decisión sea concertada con el colectivo de investigadores que conformará el Observatorio. Hay varias propuestas.