Un equipo internacional de investigadores comprueba un aumento del número de suicidios que se registró durante la pandemia y ha identificado los tres grupos de población que presentaron un mayor riesgo y una mayor vulnerabilidad.

Los datos, publicados en European Neuropsychopharmacology, muestran un incremento del número de suicidios durante los primeros años de la pandemia (2020-2021) con tasas superiores con respecto al periodo previo (2018-2019). “Aunque 2018 supuso un punto de inflexión en el aumento del número de suicidios, la pandemia conllevó una aceleración de este aumento que ya se venía observando”, afirma Iván Pérez Diez, investigador del CIBERSAM y de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

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La Universidad Complutense informó en una nota difundida este 16 de abril de que para llevar a cabo el estudio se utilizaron los datos de muertes producidas por suicidio facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) español, así como variables sociodemográficas como el sexo al nacer, la edad de muerte, el estado civil o el lugar de fallecimiento.

Este aumento en el periodo de pandemia de suicidios se vio tanto en la serie temporal de hombres como en la de mujeres, así como en los nacidos y los no nacidos en España, informaron los centros de investigación. Sobre los tres grupos más vulnerables destacados, los investigadores señalaron que puede deberse a “la falta de apoyo social” que estuvo más presentes en adultos de mediana edad y en personas solteras.

“A ello se le suman las medidas de distanciamiento psicosocial que dificultaron la creación y mantenimiento de las redes de apoyo, y a su vez, este tipo de medidas tuvieron un mayor impacto en las grandes áreas urbanas, donde las restricciones eran mayores, imposibilitando aún más el contacto social”, añadió Pérez Diez.

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El siguiente paso en la investigación, avanzó Alejandro de la Torre, investigador del Departamento de Medicina Legal, Psiquiatría y Patología de la UCM, sería ver qué otras variables pueden estar afectando a este aumento de suicidios, desde variables demográficas como la densidad de población, a variables económicas como la tasa de desempleo o la renta pos habitante, a variables ambientales como las temperaturas o la calidad de aire.

Los investigadores subrayaron, a la vista de estos resultados la necesidad de políticas y planes de acción para frenar este aumento en el número de suicidios que se viene dando desde 2018 y que se ha visto acelerado por la irrupción de la pandemia de covid-19. Pérez Díez indicó que se han identificado grupos más vulnerables "y con ello podemos pensar medidas de prevención más específicas para ellos”.

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