La era digital se alió a la profesión. Por ejemplo: aplicaciones que utiliza el Instituto de Neurociencias con Inteligencia Artificial para dar respuesta a jóvenes que atraviesan crisis emocionales y, que en ese momento, no pueden acudir o conectarse a una sesión virtual.

“La virtualidad permite recabar información sin el temor de ser identificado o visto de una manera negativa, lo que permite que la información pueda ser más apegada a la realidad”, acota Mariana Estacio, directora de la carrera de psicología. En cambio, la carrera de psicología clínica necesita de parámetros como 'la conversación con diagnóstico' que se deslindan de la virtualidad y esto aplica hasta en recibir las clases desde esa modalidad.

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A esto se le suma la implementación de la inteligencia artificial, donde los estudiantes se preparan desde las escuelas. “Tenemos materias como la del Observatorio de Conductas digitales que estudia el relacionamiento de los seres humanos a partir de herramientas como las aplicaciones para citas o la vinculación de jóvenes, adolescentes y adultos desde las redes sociales”, explica Arianna Córdoba, coordinadora de la carrera de psicología de la Universidad Casa Grande (UCG).

Sin embargo, son numerosas las inquietudes que aparecen en los pacientes que se someten a estos encuentros.  Entre ellas: ¿Es igual de eficaz? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Y desventajas? ¿Todos pueden realizarlo?

VENTAJAS DE LAS SESIONES VIRTUALES

La accesibilidad es el factor más repetitivo en los pacientes, pues permite que las sesiones sean asequibles a personas que viven en poblaciones pequeñas en las que no hay este servicio, que residen en el extranjero o que temen de su integridad, por la inseguridad. "Lo más humano que tenemos en la voz y lo que se tiene presente es que se sienta cómodo. Se le pregunta si desea encender la cámara o prefiere apagada. Si lo desea por llamada telefónica o en una reunión por plataformas, cuenta Estacio.

Otro de los puntos destacados es la mayor flexibilidad horaria. Es más fácil encajar horarios, ya que el paciente ahorra tiempo en el desplazamiento. Se conecta en la oficina o en el lugar que se encuentre sin necesidad de inconvenientes o contratiempos. 

DESVENTAJAS EN LAS SESIONES VIRTUALES

A pesar de los beneficios que puede tener la terapia online, también tiene algunas desventajas como la pérdida de información referente a la comunicación no verbal. En este sentido, los movimientos, la actitud o la expresión gestual pertenecen a la información inconsciente, valiosa también para el psicólogo. 

“Este tipo de información es percibida en tu totalidad en la terapia presencial, ya que en las videollamadas solo podemos ver la cara y, con suerte, con una imagen y un sonido nítidos. Por ello, el terapeuta tendrá que interpretar otros componentes metacomunicativos”, acota Madeleine Morán, psicóloga clínica. 

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Asimismo, hay que tener en cuenta que a no todos los pacientes se les aconseja acudir al psicólogo de una forma virtual. Aunque normalmente la terapia presencial y en línea están igualmente recomendadas, “existen otros casos en los que la online está contraindicada. Por un lado, dependerá de la gravedad del caso (ideas suicidas, drogadicciones graves, etc.)”, explica la psicóloga. 

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