
Caminitos de Luz en Quito: educación gratuita para niños de escasos recursos
La ONG transforma vidas en el Valle de Tumbaco a través de la educación de calidad para niños y niñas
Desde su nacimiento como organización sin fines de lucro y sujeta al Ministerio de Educación del Ecuador, la Fundación Caminitos de Luz ha trazado un objetivo tan firme como humano: “fomentar y promover directamente la educación de calidad entre niños y niñas de escasos recursos económicos en el Ecuador”. Así lo destaca su sitio web oficial, donde se relatan los inicios y logros de esta entidad que, desde 2011, impulsa un modelo educativo integral e inclusivo.
El proyecto emblemático de la fundación es la Escuela María Troncatti, ubicada en el sector El Arenal del Valle de Tumbaco. “Nuestro primer proyecto fue lograr la construcción e implementación de esta escuela, que hoy cuenta con 750 metros cuadrados de edificación sobre un terreno de 3.125 metros cuadrados”, se detalla en la web. Gracias al esfuerzo conjunto de seis socias fundadoras, apoyo de amigos y empresas privadas, el centro educativo abrió sus puertas el 6 de septiembre de 2011, recibiendo en sus inicios a 32 niños y niñas de entre 3 y 4 años. En la actualidad, la institución ya atiende a 133 estudiantes, desde inicial hasta séptimo de Educación Básica, en una jornada completa de 8h00 a 16h00.
“La infraestructura es de primer nivel y permite que los padres puedan trabajar con tranquilidad, sabiendo que sus hijos están bien cuidados”, indica la fundación. La oferta académica abarca asignaturas como inglés, computación, valores, cultura física y expresión corporal, impartidas por profesionales altamente calificados. Además, el cuidado integral de los estudiantes incluye refrigerios y almuerzos balanceados, elaborados bajo la guía de una nutricionista, así como actividades extracurriculares que promueven el desarrollo físico, emocional y cognitivo.
Más allá de la enseñanza: valores, comunidad y sostenibilidad
La Fundación Caminitos de Luz no solo se enfoca en el aprendizaje académico, sino también en el fortalecimiento de valores como el amor, la libertad, el respeto y la cooperación. “Lograr el desarrollo integral de niñas y niños de escasos recursos económicos, respetando sus derechos, su diversidad y su ritmo natural de crecimiento, es parte de nuestra misión”, enfatizan en su declaración institucional. Asimismo, buscan incorporar activamente a la familia y a la comunidad en el proceso educativo, como parte de una propuesta inclusiva y transformadora.
Esta filosofía se refleja también en sus actividades extracurriculares, como el reciente cortometraje “Si supieras”, protagonizado y producido por estudiantes de séptimo de básica, que fue transmitido el 28 de mayo de 2025 a través de sus redes sociales. Del mismo modo, la fundación organiza encuentros para padres, como los talleres sobre técnicas de estudio y concentración realizados en mayo, que según testimonios de los asistentes han sido “de gran ayuda para mejorar el manejo familiar y fortalecer su rol como madres y padres”.
Consciente de la importancia del compromiso ciudadano, la fundación hace un llamado a sumarse a su causa a través de programas de padrinazgo. “Tú puedes ser una de las personas que contribuyan a lograr este gran sueño”, afirman, invitando a donar desde una beca completa de 200 dólares hasta el valor que cada persona desee aportar. Estos fondos no solo financian la educación, sino también servicios esenciales como uniformes, útiles escolares, chequeos médicos y talleres para padres.
Una inversión en el presente que transforma el futuro
La transparencia es otra de las bases de esta organización, que detalla en su página web los costos mensuales por niño: alimentación, materiales escolares, servicios básicos, mantenimiento e incluso imprevistos, suman un total de 154,34 dólares mensuales. Estos recursos, administrados con responsabilidad, permiten sostener un proyecto que ofrece “una educación de alto nivel con profesores altamente calificados y una infraestructura que cumple con todos los estándares de la educación de primer orden”.
Con sede en Quito, la Fundación Caminitos de Luz Ecuador se consolida como un faro de esperanza en el sistema educativo nacional. Su visión, de formar líderes autónomos y comprometidos con la libertad y la responsabilidad, ya se refleja en cada uno de los estudiantes que día a día cruzan sus puertas. En palabras del equipo que la dirige: “No podemos olvidarnos de los pequeños nacidos en pobreza. Su futuro también nos pertenece, y cada aporte cuenta para cambiar su realidad”.
¿Te gusta leer Diario EXPRESO? SUSCRÍBETE AQUÍ.