Si estás en casa y cada media hora vas corriendo a la cocina para abrir la refrigeradora en busca de chocolate, papas fritas o tu golosina preferida; es probable que tu hambre sea emocional mas no real. No te sientas mal, es común que esto ocurra durante la cuarentena pues como detalla la nutricionista Ericka Borbor “cuando estamos angustiados, ansiosos, nerviosos o simplemente aburridos, una de las pocas cosas que las personas pueden controlar es cuando comer y es ahí cuando se puede confundir el hambre real y el emocional”.

Por eso, la especialista recalca que es importante poder diferenciar en qué se distingue cada uno para así, mantener una alimentación diaria lo más saludable posible, pero sin excesos. No olvides, estos días en casa, es importante mantener hábitos saludables para que el sistema inmunológico también se fortalezca.

Hambre real

Es la que todos los seres vivos tienen para obtener todos los nutrientes que el cuerpo necesita para cumplir con las funciones básicas vitales que les permite vivir. Borbor menciona que el apetito real “se lo siente paulatinamente y es cuando el cerebro y aparato digestivo envían señales a los sentidos para que busquen comida”. Es claro de identificar porque se para de comer una vez que se siente saciedad y se buscan alimentos para nutrirse mas no solo para comer cualquier cosa.

Hambre emocional

Se caracteriza porque aparece de forma esporádica y como un antojo. Se busca específicamente algo que te gusta comer como: galletas y comida rápida. “Se la ingiere tan rápido que muchas veces no nos percatamos la cantidad. Es común que muchas personas la estén experimentando ya que es una forma de calmar las emociones de estrés ante situaciones de aislamiento o incertidumbre”.

Pero cuidado, aunque durante esos segundos en los que le estás dando ese gran bocado a una dona o a una hamburguesa sientas alegría, si no haces consciencia que estás comiendo a causa del hambre emocional, ese impulso aparecerá nuevamente y “seguramente volverás a sentir la misma angustia que te llevó a comer desde un principio”, detalla.

Recuerda

Entre las personas que está más propensas a desarrollar los episodios de hambre emocional son aquellas que han estado dentro de una dieta estricta y quienes llevan un patrón de alimentación irregular (sin horarios definidos, se saltan comidas o pican pequeñas porciones durante todo el día).

Tips para una buena alimentación

• No ‘satanizar’ los productos malsanos. Si comes uno ocasionalmente, sé compasivo contigo mismo. Lo más importante es el balance.
• El agua debe ser la bebida de preferencia durante todo el día.
• Opta principalmente por alimentos de calidad como vegetales, frutas, legumbres, frutos secos, aceites vírgenes y proteínas. 
• Crea nuevos horarios y rutinas para comer, trabajar y descansar. Así podrás organizar mejor tus porciones.