Los últimos chimpancés de Senegal

Los ultimos chimpances de Senegal

Cada día Hiila, con su bebé Cheempo en brazos, busca en el bosque situado en el sur de Senegal, en la frontera con Guinea, algo para comer. Allí mismo, Fatoumata lava la ropa en un pequeño riachuelo y Daouda recoge madera para mejorar la cabaña en la que vive con su familia.

Mientras que Fatoumata y Daouda son humanos, Hiila y su pequeño son dos chimpancés de los menos de 500 que quedan en Senegal y que se encuentran en peligro de extinción debido a la amenaza que sufren sus hábitats, de los que se aprovisionan también los humanos.

“El bosque es su supermercado, ya sea para conseguir madera, bambú, frutas salvajes, algunas hierbas medicinales, comida para el ganado o agua”, explica a Efe Federico Bogdanowicz, director general del Instituto Jane Goodall España, en la estación biológica Fouta Jallon.

Esta estación se halla en la Reserva Natural Comunitaria de Dindéfelo, en el sureste de Senegal, y fue construida en 2013 por el Instituto Jane Goodall con criterios ecológicos y sostenibles: la electricidad se obtiene con paneles solares, el agua es de pozo filtrada y la de lluvia se recicla, al igual que la basura.

El Instituto Jane Goodall España, dedicado a la investigación y conservación de los chimpancés, trabaja en Senegal desde 2009 y es una de las 30 oficinas abiertas en el mundo por la reputada etóloga británica y mayor experta en este animal, de quien la institución toma su nombre.

En ocasiones, entre humanos y chimpancés se producen conflictos por los recursos naturales del bosque, como sucede con una fruta silvestre llamada “lare” (”Saba senegalensis”), que, según Bogdanowicz, es la comida principal para esos simios en una época del año en la que no hay mucho más que comer, pero que también es recogida para su venta en Dakar, la capital de Senegal.