Aprendizaje. Ana Bermúdez enseña a los chicos con la ayuda de títeres.

Los titeres, la mejor terapia para ninos de Ciudad Celeste

Llegó hace dos años de su natal Venezuela. La situación de su país hizo que Ana Bermúdez de Ramos empacara sus recuerdos, alegrías, tristezas y esperanzas, y los traiga a Ecuador acompañada de su familia.

Llegó hace dos años de su natal Venezuela. La situación de su país hizo que Ana Bermúdez de Ramos empacara sus recuerdos, alegrías, tristezas y esperanzas, y los traiga a Ecuador acompañada de su familia.

En su equipaje llegaron también sus compañeros de vida: los títeres que utilizó durante el ejercicio de su profesión. Tiene 32 años como docente universitaria, formando profesoras de niños con capacidades especiales.

Reside en la etapa La Marina de la urbanización Ciudad Celeste y desde que llegó decidió ocupar su tiempo en sus nietos

Cuando ejercía la docencia realizaba su principal actividad a través del teatro, de sombras y con marionetas. Y fue precisamente lo que alguna vez se prometió para ellos; pero antes debía incorporarlos al nuevo entorno al que habían llegado.

Conoció a sus vecinos y con ellos idearon establecer una escuela de fútbol, deporte que atrae a la mayoría de niños ecuatorianos. También a los nietos de Ana, que aunque venezolanos también lo aman, “algo que no es normal en los venezolanos, porque allá prefieren el béisbol”, agrega la extranjera.

Enseguida inició la escuela de fútbol y se fijó en que esta estaba destinada para los niños, ¿pero qué pasaba con las chicas? No estaban siendo incluidas en esas actividades. Y decidió que era una buena oportunidad para incluir a sus amigos de tela: los títeres.

Cuando Bermúdez fue docente universitaria enseñaba a través de las marionetas. Fue la mejor terapia que ella encontró para la educación que impartía.

“A través del uso de los títeres los niños aprenden a expresarse, a burlarse de sí mismos, pierden el miedo escénico y son capaces de aprender de ellos mismos”, explica Bermúdez, quien tiene claro que para ser exitosos hay que educar a niños seguros de sí mismos, que no le tengan miedo a expresarse. “Así serán hasta adultos”, asegura.

Y empezó el taller, con un programa completo que Bermúdez estableció, con el fútbol en primera instancia y las actividades de artes escénicas, literarias y plásticas. “En el teatro de títeres y de sombras, además de aprender un lenguaje, un guion, implica elaborar los personajes”, detalla.

Las actividades son utilizadas como estimulación temprana, intercambio intercultural, labor social, cuidado del ambiente, ya que se busca que para la elaboración de las marionetas se usen materiales reciclables.

Anhela replicar estas actividades en otras etapas de la urbanización para forjar una comunidad incluyente y comprometida con el desarrollo infantil. KSG