La Seleccion debilitada

El próximo jueves enfrentará nuestra selección de fútbol a la del Paraguay en las eliminatorias para el Mundial de Rusia. En la anterior etapa la selección ecuatoriana ocupó la punta entre los equipos de Sudamérica, con un puntaje perfecto, es decir sin perder un solo partido.

El compromiso del jueves 24, sin embargo, no es muy promisorio, pues la selección sufre la ausencia de sus más importantes jugadores debido a lesiones. Miler Bolaños se fracturó su mandíbula y estará retirado un mes. El defensa Guagua también está golpeado, y su reemplazo, Norberto Araujo, también sufrió una lesión el mismo día en que iniciaba su marcha con el seleccionado. El delantero Felipe Caicedo se lesionó en su último partido con el equipo español del que forma parte, y no estará en estas eliminatorias. Achilier, buen defensa, asimismo sufrió una lesión de la que no se ha repuesto suficientemente bien, Pedro Larrea, volante de corte, estará fuera de competencia para estas eliminatorias, también por una lesión.

Vamos bastante desarmados para competir con Uruguay y Colombia, con esta última selección como visitante.

En tiempos de fanesca...

Aquí la fanesca es un delicioso plato a base de mariscos que se mezclan con granos y da como resultado un ‘levanta muertos’ porque tiene proteínas, carbohidratos y vitaminas “a millares surgir”.

Pero ‘fanesca’ también es una mescolanza de lo que sea, en cualquier ámbito. Y esto último ocurre en todas partes.

A alguien se le ocurrió lo del socialismo del siglo 21, y copiaron la idea pensando que era la solución para todo. Unos, con más entusiasmo que otros agregaron ‘revolución’ porque ‘sonaba’ bonito. Pero más rápido que volando, la fanesca comenzó a pasarse de hervor. Brasil es un ejemplo. La presidenta Dilma y su excolega Lula atraviesan momentos nada agradables. Qué decir de Argentina, donde Macri procura enderezar una economía que su antecesora Cristina hizo flecos. Bolivia no se queda atrás y una ‘amiga” de Evo’ aparece como la que repartía canonjías.

La Venezuela de Maduro no se puede ocultar. De la opulencia se ha pasado a la penuria de productos básicos.

Pero el problema no solo es en América Latina, sino también en países de otros continentes.

Para nosotros, lo mejor nos resulta disfrutar de un buen plato, porque si después de una fanescazo nos vamos de ruca, fijo que dormimos dos días seguidos... por la súper alimentación.