El Registro Sanitario deja de ser requisito
Es una buena noticia para el sector privado. Obtener un Registro Sanitario para comercializar alimentos procesados y bebidas dejó de ser obligatorio. En su lugar habrá una notificación que entregará la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa).
El cambio simplifica los trámites que podían tardar desde una semana hasta un año. Ahora los controles se harán en perchas y fábricas. El Registro era un paso previo a la comercialización.
Según Giovani Gando, director ejecutivo de Arcsa, la emisión del Registro tardaba demasiado y no garantizaba la calidad del producto. Se hacían controles en papel y no en el producto real, dicen los empresarios del sector.
Gando considera que el nuevo mecanismo facilita la comercialización de artículos y no afecta a los empresarios. Si el producto es de alto riesgo se hace una inspección en planta. En 2015, explicó, se visitaron todas las empresas que trabajan con alimentos de riesgo. Los lácteos son un ejemplo. Solo luego de la verificación se entrega la notificación.
A diferencia del Registro, la nueva acreditación no debe cambiarse cada vez que se modifica el artículo. Christian Wahli, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), contó, en rueda de prensa en Quito, que si un alimento cambiaba sus componentes para, por ejemplo, reducir su cantidad de azúcar debía obtener otro Registro. Una pérdida de tiempo, recalcó.
Hay un beneficio adicional. Si la fábrica obtiene o posee una certificación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) no necesita más procedimientos. Solo deberá registrar el código de BPM en su etiqueta. Ese documento tiene una validez de cinco años.
La nueva alternativa, según Gando, ya tiene resultados positivos. Cada año, en promedio se tramitaban unos 8.000 registros sanitarios. Las notificaciones, en cambio, llegan a unas 300 semanales. En un año podrían entregarse unas 15.600. JMF