Reducir la velocidad y salvar vidas
Si apenas redujéramos la velocidad, podríamos salvar muchas vidas en todo el planeta. Cada año más de 1,25 millones de personas -muchos jóvenes- mueren en accidentes automovilísticos. Alrededor de un tercio de esta cifra es evitable, y se debe a vehículos que viajan a exceso de velocidad. En países de ingresos bajos y medios, la cifra se acerca a la mitad. Independientemente de donde uno habite, acelerar es un problema letal. Estudios muestran que en la mayoría de carreteras y países, el 40-50 % de los coches viajan por encima del límite de velocidad establecido. Y si un coche está acelerando o no, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Pues si alguien recibe un golpe de un vehículo que viaja a 80 km por hora, corre el triple de riesgo morir que si hubiera sido a 50 km por hora. Se podrían salvar muchas vidas si se fijaran límites urbanos de velocidad a 50 km por hora o menos, y si se redujeran aún más alrededor de escuelas y otras áreas con alto tráfico de peatones. Es alentador que 47 países ya estén aplicando estas medidas de sentido común. Pero debemos hacer mucho más para ampliar su alcance y asegurar que más gobiernos las adopten. Los países que han adoptado un enfoque integral para la seguridad vial han tenido más éxito en la reducción de sus índices de decesos y lesiones por accidentes automovilísticos. Han dado prioridad a reducir las tasas de exceso de velocidad y adoptado medidas para mejorar la seguridad de sus carreteras, vehículos, conductores y todos los demás usuarios de vías públicas, incluidos peatones y motociclistas. Por ejemplo, los países proactivos han construido sus caminos con características de diseño que reducen el tráfico, como las rotondas. Asimismo, han establecido límites de velocidad que se ajustan a las condiciones de las carreteras locales, al tiempo que aumentan las medidas para prevenir las infracciones de tráfico. Y han comenzado a exigir que todos los coches nuevos incluyan tecnologías que permiten salvar vidas, como el frenado de emergencia autónomo. Los líderes municipales de todo el mundo han desempeñado un papel clave en la aplicación de estas medidas. Bloomberg Philanthropies, la OMS y otros socios están trabajando con los líderes municipales para ayudarles a reunir los datos necesarios para identificar con mayor eficacia las áreas problemáticas. Tras ello, pueden determinar a qué destinar sus recursos limitados para lograr las mayores mejoras posibles. También estamos apoyando a las autoridades locales para que organicen campañas de concientización pública que ayuden a fortalecer el apoyo popular a nuevas leyes de seguridad vial y a sanciones más drásticas. Mejorar la seguridad vial es una de las mayores oportunidades que tenemos de salvar vidas en todo el mundo. La cuarta Semana Mundial de la Seguridad Vial de las Naciones Unidas (realizada del 8 al 14 de mayo) llamó la atención sobre estas soluciones. A lo largo de la semana se llevaron a cabo eventos comunitarios en ciudades de todo el planeta. Todos estos eventos e iniciativas reunieron a líderes locales y nacionales del gobierno, la sociedad civil, las empresas, policías y otros sectores. Para aprender más sobre cómo cada comunidad puede contribuir a reducir el exceso de velocidad, animamos a los lectores a visitar el sitio web de la Semana de la Seguridad Vial. Es posible un mundo en el que se pierdan muchas menos vidas a causa de accidentes automovilísticos. Está totalmente a nuestro alcance y a todos nos corresponde hacerlo realidad.