Procedimiento. La recolección incluye la limpieza de las calles en caso de que los residuos se rieguen. Todo va al carro que compacta.

La recoleccion es parecida, el tratamiento es distinto

Dos ciudades, tres similitudes: Guayaquil (Ecuador) y Róterdam (Holanda). Ambas están junto a un río, en ambas funcionan puertos y las dos han sufrido inundaciones por años. Guayaquil las sigue padeciendo y la urbe holandesa las mitigó.

Dos ciudades, tres similitudes: Guayaquil (Ecuador) y Róterdam (Holanda). Ambas están junto a un río, en ambas funcionan puertos y las dos han sufrido inundaciones por años. Guayaquil las sigue padeciendo y la urbe holandesa las mitigó.

Las diferencias son más numerosas. Una de ellas se refiere al manejo de los desechos sólidos. En Róterdam, al igual que en todo el territorio holandés, el nivel de reciclaje alcanza un 80 %; el 18 % de los residuos se incinera y solo el 2 % va al relleno sanitario. En Guayaquil sucede lo contrario.

De las 4.000 toneladas que el consorcio Puerto Limpio recoge a diario, todo se compacta y se destina al relleno sanitario donde se confina.

Según estimaciones de esta empresa, al menos el 85 % es material recuperable que no se aprovecha porque no se hace una clasificación.

“No es parte de su contrato”, lo ha aclarado la vocera del consorcio, Karla Aguas. Por ello se han diseñado campañas para instar a la ciudadanía a hacer la clasificación en los hogares.

En el contrato con Puerto Limpio no está estipulada la tarea de separar los desechos. A esto se suma que el Municipio no ha establecido un sistema de reciclaje. Es lo que lamentan los ambientalistas. Consideran a ese, un tema pendiente.

Esa es precisamente la diferencia que tiene Guayaquil respecto a ciudades de Suecia, un país que hasta le importa basura a Noruega. O en Pekín, donde los pasajes de bus se pagan con botellas PET.

Pero hay más diferencias y similitudes:

Horarios

1.El sistema holandés de recolección de desechos tiene calendarios para que las personas sepan cuándo sacar la basura. Guayaquil también los tiene. Hay frecuencias y horarios, y una ordenanza que establece al ciudadano sacar sus desechos dos horas antes de que pase el recolector.

Clasificación

2.En Holanda las familias clasifican los residuos: papel, cartón, plástico, vidrio y los colocan en contenedores que proveen los municipios. En Guayaquil se busca lo mismo con la campaña ‘Desechos sin desperdicio’. No existen contenedores destinados para ese fin.

Multas

3.En el distrito San Isidro (Lima) se aplican multas a quienes dejan basura fuera de horario de recolección. En Holanda, esta fue una de las políticas que ayudó a que la gente haga conciencia ambiental, asegura Herman Huisman, experto en residuos sólidos del Rijkswaterstaat (Ministerio de Ambiente holandés). En Guayaquil la ordenanza también establece este tipo de sanciones, sin embargo ha resultado difícil aplicarlas.

Reciclaje informal

4.En Guayaquil pulula esta práctica, que realizan los ‘chamberos’ o recicladores, quienes por ganar algo de dinero suelen romper las fundas para ubicar el material reciclable. Con estas acciones sin control hay repercusiones como fundas rotas y desechos regados en los barrios y avenidas. En Lima existe un reciclaje formal con el que se genera fuentes de empleo.

El panorama

El planificador urbano y consultor, Carlos Jiménez, dice que hace énfasis en que la separación sea en la fuente. Para que funcione, dice, se deben socializar y estandarizar los recipientes donde se colocará cada elemento reciclable.

Este consultor y especialista en planificación urbana dice hace falta mayor regulación. “A pesar de existir una norma INEN, nadie controla, ni regula el tratamiento, sobre todo el tema de los colores”.

A su criterio otra forma de hacer conciencia es que las campañas se centren en los niños, quienes enseñarán a los adultos.

Es en lo que concuerda Wálter Bajaña, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental. “El Gobierno, a través de los ministerios de Ambiente y de Educación, deben trabajar en conjunto para establecer como política de Estado el cuidado medioambiental”.

Dentro del pénsum -explica Bajaña- se debe incorporar una materia sobre el cuidado del ambiente para que sean los niños quienes cambien la mentalidad de los adultos.