Proxima fase de accion climatica

En noviembre, mientras la mayor parte del mundo trataba de digerir la idea de que Donald Trump había sido elegido presidente de EE. UU., se celebró en Marraquech, Marruecos, la XXII Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP22). Estuvieron presentes participantes de todo el mundo, entre ellos 38 jefes de Estado y de Gobierno para elaborar un plan para la implementación del Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global a muy por debajo de dos grados Celsius, por encima de los niveles preindustriales. Si bien fue un importante paso hacia adelante, la situación continúa siendo mucho más compleja y políticamente cargada. La cooperación global que ha surgido últimamente es bienvenida. Pero, si bien el trabajo en equipo es fundamental para el éxito, también lo es el reconocimiento de los distintos roles y responsabilidades que tienen los gobiernos en los países industrializados y en aquellos en vías de desarrollo. Los industrializados han producido durante mucho tiempo enormes cantidades de emisiones y otros tipos de contaminación, y al mismo tiempo consumen gran parte de los recursos del mundo -incluyendo 90 % del agua del planeta-, todo en nombre de su propio desarrollo, y disfrutan ahora de altos niveles de vida y seguridad alimentaria. Los países en desarrollo han contribuido sustancialmente menos al cambio climático y sufren los peores efectos de dicho cambio, como escasez de alimentos y pérdida de medios de vida; todo ello provocado por fenómenos climáticos cada vez más extremos y frecuentes, como inundaciones y sequías. Los países industrializados se han comprometido a apoyar a sus homólogos en vías de desarrollo, pero en muchos casos parecen estar decididos a hacer exactamente lo contrario; Trump es el ejemplo más notable. En su forma actual, el poder económico está siendo utilizado como una herramienta política, blandida por líderes que intentan evadir sus responsabilidades globales. La Declaración de Marrakech señala que el éxito en la mitigación del cambio climático requerirá un compromiso político al más alto nivel. Además, la acción climática debe tener en cuenta las necesidades especiales y el contexto de los países en desarrollo. Con esto en mente, la Declaración exige mayores esfuerzos para erradicar la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria y abordar los desafíos agrícolas planteados por el cambio climático. Y, hace un llamado a prestar mayor apoyo a los proyectos climáticos, como creación de capacidades y transferencia de tecnología a los países en desarrollo. Los Estados africanos deben identificar maneras de acceder a la financiación necesaria; diseñar mecanismos para apoyar la implementación de programas emblemáticos; fortalecer la capacidad de sus instituciones para hacer frente a los riesgos climáticos; y aprovechar las oportunidades de desarrollo con bajas emisiones de carbono en los campos de la energía, la innovación tecnológica y las industrias “verdes”. El apoyo externo será vital para permitir estos esfuerzos. Algunos gobiernos ya han implementado medidas importantes. Únicamente con más iniciativas de este tipo pueden los gobiernos poner a sus países, y al mundo, en el camino hacia un verdadero desarrollo sostenible.

Project Syndicate