
Una propuesta verde que impulsa nuevos aportes
El aumento de vegetación en ‘Ciudad Nueva’ motiva el apoyo de expertos. Sugieren replicar proyectos similares en la urbe.
La propuesta de ocho expertos de convertir al proyecto habitacional municipal ‘Ciudad Nueva’ en un pulmón para Guayaquil, publicado ayer por EXPRESO, recibió comentarios positivos por parte de expertos, quienes miran con preocupación el bajo índice verde urbano (IVU) de Guayaquil.
Lisseth Mena, máster en ciudad y arquitectura sostenible, recuerda que este proyecto habitacional nació precisamente con el fin de mejorar el IVU de la ciudad. En este tema, añade, debería estudiarse el uso urbano de la flora nativa como la guaba de bejuco, caña fístula, guachapelí y pechiche.
“Cotejando con expertos nacionales e internacionales se ve un potencial en ella. Sería interesante que, paralelamente, en otras carreras como biología, ingeniería forestal o ambiental se promueva este tipo de investigación para tener una base de desarrollo en el tema árbol urbano”, sugiere.
No obstante, Mena no comparte la idea de ampliar las avenidas Pedro Menéndez Gilbert y las Américas y la construcción de edificaciones únicamente para vehículos.
“(Con la ampliación) se crearían cuellos de botella en otras zonas. Se centra en lo mismo, la priorización del coche. En tal caso, esto debe tener relación directa con el plan de movilidad de la ciudad que aún no se ha ejecutado”, argumenta.
Quien también respalda el aumento del verde y la disminución de cemento en este proyecto es Ana Solano de la Sala, investigadora y máster en Planificación Urbana. Hay formas de financiar estos proyectos, comenta. “Existen Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que respaldan estas ideas, lo importante aquí es la voluntad de la administración”, menciona.
Esto responde, en parte, a la preocupación económica del proyecto que percibe Mena. “Al tener más área verde, se disminuye el área vendible”. No obstante, subraya, el beneficio que generan este tipo de proyectos es social y, por lo tanto, debe ser tomado por la autoridad como un beneficio directo.
Asimismo, Solano considera que debe repensarse el modelo de desarrollo inmobiliario urbano de entregar suelos valiosos por su ubicación y características naturales, cuyo beneficio se relativiza a minorías. Lo que propone, más bien, es dar respuestas de mayor trascendencia colectiva “como son los macrocomplejos sociales compuestos por centros recreativos, culturales, deportivos, inmersos en bosques y áreas verdes, acuáticas utilitarias”, detalla.
Además, agrega que el Municipio debería impulsar la participación de la academia mediante votaciones online, es decir, poner a consideración de la ciudadanía la ejecución de proyectos con propuestas municipales universitarias.
Esta idea la apoya Nancy Hilgert, experta en Ciencias Biológicas. “Me gustaría conocer una propuesta multidisciplinaria que incluya el concurso de biólogos, zoólogos, botánicos, ecólogos, especialistas en turismo, y claro, la opinión de la ciudadanía”, comenta.
Para Hilgert, la propuesta municipal y la de la Universidad de Guayaquil tienen conceptos interesantes ecoamigables, pero cree que la combinación de ambas podría formar una mezcla ideal. Igualmente, advierte una posible traba: el alto costo y dificultad que implicaría la remoción o cambio de la pista de aterrizaje.
Por su parte, el urbanista Luis Alfonso Saltos, quien también apoya la propuesta, recuerda que se debe considerar la implementación de un sistema de transporte urbano masivo para reducir el uso de vehículos de quienes habiten el proyecto.