
A usted que es primerizo
Si bien la llegada de un bebé a la familia trae una alegría incomparable, con él también llegan el temor y la incertidumbre de no estar lo suficientemente listos para atenderlo y hacerlo crecer sano y seguro. Pero la realidad es que los humanos no llegamos con un ‘manual de instrucciones’ y los padres hemos de aprender sobre la marcha. Por eso aquí les traemos algunos consejos que le evitarán errores.
Manipular al bebé
Jamás lo zarandee, por frustración o juego. Puede provocarle hemorragia cerebral, incluso la muerte. Si quiere despertarlo, hágale cosquillas en sus pies o sople suave su mejilla. Lave sus manos o use un antiséptico para cargarlo. Hágalo en posición ergui-da, igual si lo deja en una superficie plana. Sujete bien cabeza y cuello.
Alimentación
El estómago del bebé es pequeñito, por eso la cantidad de leche debe ser pequeña. Los intervalos entre tomas serán los que su cuerpo exija (salvo por enfermedad). Regurgitar tras mamar es normal. Si no queda satisfecho tras lactar largo rato, quizá no esté mamando bien. Procure que la areola esté dentro de su boca. Los gemelos al principio lloran más que otros bebés por hambre, pues tienen que esperar su turno. Ponga a uno en cada pecho a la vez y luego intercámbielos. Cada gemelo debe tener su ritmo de comida, cuando lo pida. Si uno duerme, déjelo hasta que despierte.
No lo asuste
Cuanto más pequeños son, más se sobresaltan si nos acercamos precipitadamente, sin previo aviso. Primero hay que mantener contacto visual y hablarle. Luego, colocando una mano debajo de la cabeza y otra bajo el tronco, levántelo con suavidad. No son tan frágiles como parecen, así que tómelo con suavidad pero con firmeza.
Punto delicado
Uno de los puntos más delicados de los bebés son las nalgas. Por lo tanto, conviene cambiar su pañal a menudo y evitar que se irriten. Aunque los modernos superpañales los mantienen secos durante largas horas, el calorcillo húmedo en la zona de la barriga no es nada bueno para su piel.