Periscopio

Para felicidad de quienes nos gobiernan, el primer intento de lograr la unidad opositora no ha tenido buenos inicios. La convocatoria hecha por Pachakutik para el miércoles pasado terminó casi “a capazos” por la oposición de un sector que nada quiere saber con los derechosos neoliberales, por muy buenas intenciones que digan tener o juren haberse “reformado”. Por su parte, Nebot, inventor de Madera de Guerrero y de vieja estirpe socialcristiana, rechaza la presencia, en esta intentona unificadora, de Guillermo Lasso, aunque lo considere su amigo del alma.

La pelea entre dos ex activos militantes de la Izquierda Democrática (que ahora se quiere volver a inscribir como partido político en el CNE, aunque no en calidad de “ballena”), Andrés Páez y Ramiro González, se recrudeció. El primero llama al segundo “borrego de Troya del correísmo”, que se ha introducida en la Llamada “fanesca” (como la llamó Rafico) que convocó el prefecto Carrasco, mientras el líder de “Avanza” afirma que su cuestionador “se metía por los garajes para que lo nombren ministro del trabajo, sin lograr nada con su agotador cometido”. Así las cosas, como que la “unidad” opositora se dificulta un poco.

Mientras tanto, Pachakutik muestra dos caras. Por un lado la opositora, que acepta entrar a conversar con quienes desde el poder se califica de partidócratas y oligárquicos (o sea “la fanesca”). Los de poncho oficialistas, que tiene como sus líderes a Cholango y a Lluco, dicen que las reuniones de este organismo indígena solo deben hacerse con sectores zurdos. La oposición sin embargo no olvida que Lluco fue enviado a la Yoni por el entonces gerente del Banco del Progreso, a quien se sentenció a prisión tras la crisis financiera de los 90 del siglo pasado.

Existía antaño una vieja expresión que se aplicaba a los “chiros” y a los tramposos, de quienes se decía que “les debían a las once mil vírgenes”. Este decir de nuestros abuelos puede servir para aplicárselo al Estado moroso que a esta fecha le debe a vírgenes y pecadoras, municipios y prefecturas, contratistas y proveedores, etc. Con toda seguridad que este incumplimiento del deudor ante sus “culebras” se debe a la iliquidez que existe por culpa de la época de las “vacas flaquísimas” por la que estamos atravesando por culpa del “oro del diablo” que se fue a pique, mientras la OPEP no quiere escuchar lo que le piden Correa y Maduro.

Gracias a las redes sociales (faceboock, puntualmente) que sustituye a la tradicional “radio bemba”, nos enteramos de la reacción de Lourdes Tibán ante la noticia del plagio que habría llevado a cabo el cantautor y burócrata isleño Hugo Hidrovo, adjudicándose, sin variar nada, una canción del famoso Sabina. Dice la asambleísta del Cotopaxi que ella también, ante los malos ejemplos, se ha vuelto plagiaria y que lo hace con el título de la más conocida novela del Gabo, poniéndole a su obra: “Nueve años de Soledad”. ¿La lanzará al mercado cultural y político?

Se da la tercera “baja” en la bancada oficialista de la Asamblea, lo que reduce el número de legisladores de “la aplanadora” de cien cerrado a solo 97. El primero en irse fue Ángel Vilena, galapegueño que rechazó el reglamento que se impuso a los empleados y trabajadores de las islas encantadas. El segundo ha sido el morlaco Oswaldo Larriva, que reclama por la falta de obras en su provincia. Y el último es don Fernando Bustamante, exministro del Interior, a quien se lo dejó solitario en su comisión, obligándolo a sesionar, onanísticamente, solo consigo mismo. Se habla, además, de desafiliaciones de “verdes” en varias provincias. ¿Será cierto?