El pendulo economico

El péndulo político es más conocido, pero el péndulo económico es más recurrente, y está provisto de gran exactitud. El péndulo político puede ser manipulado, alterado, adelantado o momentáneamente parado. El péndulo económico, por contraste, siempre pasa la cuenta.

Las memorias son cortas y por ello, una y otra vez, los gobiernos de cualquier origen ideológico prefieren ignorar la existencia de las llamadas burbujas que, al igual que las pompas de jabón, siempre se rompen. El peor error en la planificación estratégica es el de trazar una línea recta desde la realidad presente hacia el futuro, basándose en el cálculo de que “si hoy los precios de lo que vendo son altos, en el futuro serán iguales o más”. Se viola así el principio de que todo proceso económico describe ciclos de expansión, estabilización y recesión; es el “corsi, recorsi” económico que, para enfrentarlo en forma idónea demanda precaución, anticipando que los escenarios cambian en forma dinámica.

Detrás de toda expansión económica siempre hay una manifestación previa o concurrente de gasto (como en el caso de la expansión fiscal) o del crédito (cuando la expansión radica en los mercados de consumo o inmobiliarios). Los ciclos de expansión emergen cuando la demanda de los productos que el país vende, o la afluencia de recursos por la vía de la inversión externa directa o financiera, crecen en forma inusitada.

Los dineros canalizados hacia el sector financiero son reciclados y provocan el aumento en la demanda de productos importados, creándose así las condiciones de los futuros ajustes. Otros ajustes, además, se originan en la circunstancia de la bonanza pues es un principio elemental de economía el que los precios altos causan el incremento de la oferta. Lo ocurrido con el petróleo es un claro ejemplo, y por ello lo que ayer se cotizó a $100 el barril, en un mercado caracterizado por la volatilidad, hoy vale mucho menos. Desde que Ecuador pasó a ser un país petrolero esto ha ocurrido en cuatro ocasiones; y volverá a ocurrir.

El péndulo cambia de dirección entonces. Un gobierno sale previsiblemente golpeado por olvidar la lección, ignorar las enseñanzas, repetir los mismos errores, e insistir en un modelo de negocio que está quebrado económica y conceptualmente.