
Los ojos tras la corrupcion
Hasta la fecha, según datos de Janot, se han recuperado cerca de 3.500 millones de dólares de los entramados de corrupción. De ese monto, el 60 % corresponde a Brasil. En total, la cantidad movida por actos irregulares superó los 8.000 millones de dóla
Fue un trabajo de hormiga. Develar, investigar y sancionar a la red de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, en todo el mundo, no se consiguió de la noche a la mañana. Se necesitaron informantes, documentos y evidencias que respalden las detenciones y los juicios. En números, las autoridades de control de Brasil accedieron a 900 terabytes de información. El equivalente a 1.851 millones de documentos de Word.
Rodrigo Janot, exprocurador de Brasil, lideró la investigación del caso Lavajato (operación para revelar la entrega de coimas y corrupción entre Odebrecht, otras empresas y gobiernos) y llegó el miércoles a Quito para contar su experiencia y, de paso, dar un par de consejos a las autoridades locales. Para él, la figura de cooperación eficaz fue clave para llegar a los responsables de las irregularidades.
En el punto más alto de la investigación, según narró Janot en sus ponencias en la Universidad Andina, hubo 80 colaboradores eficaces. Es decir, personas involucradas en la asociación ilícita que decidieron entregar información a la policía para dar con toda la red de corrupción.
Janot y su equipo, entonces, debían negociar y reunirse con 80 involucrados y sus abogados. Hubo reuniones con todos los actores en grandes salones de la Policía brasileña y encuentros privados. En algunos casos, contó el exfuncionario, se redujeron las penas hasta en un 90 %. Todo dependía de la calidad de la información y de los resultados alcanzados.
En el auditorio del centro educativo estaban autoridades del sector público que escuchaban con atención el relato y hasta tomaban apuntes. La titular de la Unidad de Análisis Financiero y Económico (UAFE), Diana Salazar, y el gerente general de Petroecuador, Carlos Tejada, se contaban entre los más pendientes.
El exprocurador, para sorpresa de muchos, confesó que Odebrecht fue la última en cooperar con información. Llegar a la corruptora fue complejo pero se consiguió y, a partir de ese punto, se llegó a cuatro expresidentes de Brasil, a diputados, senadores y hasta al exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas.
Salazar, que como fiscal estuvo tras el juicio de Glas, también alabó la cooperación eficaz como mecanismo para llegar a detalles de la trama de corrupción. Sin la herramienta, destacó, no se podría saber que algunos funcionarios públicos recibieron hasta electrodomésticos como soborno de Odebrecht.