La asistencia médica. Un médico, un enfermero y un odontólogo cuidarán de la salud.

Todos los oficios en el Buque escuela

Los invitados Dos oficiales ecuatorianos, uno del Ejército y otro de la FAE, y tres extranjeros de las marinas de Brasil, Chile y Perú, viajarán como invitados en el crucero.

Cuatro meses. Ese fue el tiempo que noventa marinos dedicaron, en jornadas extendidas, al alistamiento del Buque Escuela Guayas, el embajador de los mares, que el martes alzará velas para una travesía de 112 días por puertos de la costa este de Estados Unidos y Canadá, Cuba y Panamá.

La preparación del crucero implicó una reparación integral del barco, su entrada a dique, la pintada del casco, la revisión de las válvulas y los circuitos, el recocido y reforzamiento del juego de velas y la revisión de todo su equipamiento. Radar, desplegador de cartas electrónicas, radios...

“Todos los equipos tienen que ser revisados así estén funcionando”, dice su comandante, el capitán de navío Walter Gómez, para quien este es su segundo crucero en el majestuoso Guayas que hará conocer la cultura ecuatoriana en los puertos de Norfolk y Boston, en Estados Unidos; Quebec en Canadá, La Habana (Cuba) y Balboa (Panamá).

El alistamiento incluyó trabajos de carpintería de un equipo de marinos ebanistas, varios de los que viajarán en el barco. Es que el Guayas aglutina en su tripulación a experimentados hombres de las más diversas profesiones y oficios, como sastre, carpintero, peluquero, electricista, técnico en refrigeración, especialista en informática, médico, odontólogo, enfermero, radiotécnico, camareros y hasta chefs de cocina.

El sargento primero José Jimbo, con 20 años de experiencia, es quien estará al mando de la preparación diaria delos alimentos para las 177 personas a bordo, entre ellos 115 tripulantes (22 oficiales), cinco invitados especiales y 57 guardiamarinas. Su jornada, acompañada de otros cuatro ayudantes expertos en preparar comida nacional e internacional, comenzará todos los días a las cuatro de la mañana y terminará a las ocho de la noche.

Los menús diarios están listos y también los menús especiales que se ofrecerán a las autoridades de los puertos que visiten, que según la tradición serán invitados a bordo para degustar las delicias ecuatorianas.

Entre los platos que se ofrecerán están pescado y camarón al ajillo, caldo de bola, hornado, chicharrón de pescado, camarones reventados y cebiches. También hay un experto en preparar cocteles para los más exigentes paladares.

Ante la alta cantidad de comensales, las bodegas del buque están repletas de víveres, entre los que destacan 130 quintales de arroz (13 toneladas) para cinco meses, 1.200 libras de carne, 10 quintales de cebollas y 12 de papas, 300 libras de camarón y 300 de pescado. Parte de los productos se terminarán al cabo de 21 días, por lo que habrá reabastecimientos en los puertos en que atraquen.

La carga está terminándose de acomodar en los distintos compartimentos, mientras se afina también el amarre de los cabos, las velas y los detalles de la ceremonia de despedida, que será el martes, a las 09:00, en uno de los muelles de la Base Naval Sur de Guayaquil.

A partir de ese momento, cada tripulante ocupará su puesto y funciones asignados. La única mujer oficial a bordo, la teniente de fragata Paola López, se encargará del régimen de disciplina de las doce guardiamarinas. El sastre atenderá a quienes requieran sus servicios, al igual el odontólogo, que siempre tiene mucho trabajo en los cruceros, el médico, el enfermero, el ebanista.

El capitán Walter Gómez cuenta que, en alguna ocasión, el sastre tuvo que hacer trajes típicos de guayaquileñas para la presentación en un desfile.

Pero ello, dice, que en el Guayas no puede faltar ni fallar nada durante la travesía. La que comenzará el martes terminará el 5 de septiembre, en el mismo punto de partida.

Los tripulantes que tienen más trabajo

Los servicios del sastre, el peluquero y el odontólogo son, por las experiencias en cruceros anteriores, los más demandados por la tripulación y guardiamarinas del buque Escuela Guayas.

Son ellos los que salen al auxilio de sus compañeros. En una travesía anterior, el sastre tuvo que confeccionar prendas de guayaquileñas para la presentación de las guardiamarinas en un desfile.

El peluquero pasa los días recortando los cabellos, especialmente de los hombres, y el odontólogo, con todo el instrumental de un consultorio, cuida de las dentaduras.

En el crucero anterior, de 10 meses, el médico y el enfermero tuvieron que hacer una operación de apendicitis a bordo.

Los técnicos y demás profesionales están pendientes que todos los equipos funcionen a la perfección. Equipo que se daña, equipo que se repara.