
El mismo mosquito, un nuevo virus
Se trata del mayaro, causado por el vector Aedes aegypti. Aún no se reportan casos en Ecuador, sí en Haití y Brasil
Aunque no hay casos reportados aún en el país, la alerta se mantiene e intensifica en Guayaquil. Y es que el mosquito Aedes aegypti, causante del dengue, zika y chikunguña, ahora siembra en la región un virus más, el mayaro.
Un germen que si bien no es del todo desconocido, puesto que fue detectado por primera vez en los años 50, ha empezado a preocupar (y de hecho ha obligado a actuar) a las autoridades sanitarias locales porque podría transmitirse a corto plazo en América Latina.
La alarma, que surge luego de haberse detectado un caso a finales de año en Haití, donde nunca antes había circulado la enfermedad, para la que no hay vacunas, enciende la alarma porque teniendo en cuenta las alteraciones del ecosistema y los desplazamientos poblacionales, podría domiciliarse en un abrir y cerrar de ojos en Ecuador.
“A fin de cuentas es el mismo vector que lo transmite. No estamos exentos de nada”, precisa Ernesto Carrasco, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, al revelar que ante la escasa investigación que en torno al virus existe, se desconoce su potencial y velocidad de contagio.
A la fecha registros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dan cuenta de la ocurrencia de la patología únicamente en comunidades rurales de la región amazónica de Brasil y Bolivia.
“Lo que sabemos es que este virus de la selva tropical, que se cree tiene su reservorio en primates y aves de vida salvaje, ha saltado a la ciudad; que aparentemente tiene un bajo impacto y nula mortalidad, y que su sintomatología es similar a la del dengue y chikunguña”.
Esto es fiebre de inicio brusco, dolores articulares y musculares, fatiga y dolor de cabeza, malestares que usualmente desaparecen entre 3 y 5 días. Sin embargo, el dolor en las articulaciones puede continuar por semanas o meses, explica.
En un artículo publicado en la revista ‘Scientific American’, recientemente se dijo que la similitud entre los virus puede conducir a que el mayaro se convierta en un gran problema en Sudamérica: “El chikunguña, que antes era transmitido por mosquitos de la selva, ya se ha adaptado y es transmitido por mosquitos urbanos como el A. aegypti. Puede que esta “adaptación” se esté produciendo con el mayaro, es algo que aún se ignora”, revela.
Para Carrasco, mientras no se confirme un caso en Ecuador o no se dé un brote (en la región) que permita conocer más detalles sobre el mal, no se sabrá a ciencia cierta cuáles son sus efectos. “Recordemos que cuando apareció el zika se pensó inicialmente que no causaba estragos, que era similar a un dengue. ¿Y qué pasó luego? Se descubrió que provocaba malformaciones congénitas”.
Ante la situación, las autoridades de la Coordinación Zonal 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) han incrementado sus monitoreos y han elaborado un plan de choque, que incluye la dotación de pruebas científicas (solicitadas a través de la OMS), para detectar los casos en laboratorio, y están llevando a cabo una serie de acciones para evitar un posible brote.
Así con doce epidemiólogos distritales mantienen un sistema de vigilancia en todo paciente que presenta fiebre o síntomas leves, y a través de sus campañas de fumigación eliminan un promedio de 1.000 criaderos (cada 70 u 80 manzanas) en una semana.
Son alrededor de 900 personas las que están a cargo de los controles vectoriales y más de 120 los fumigadores intradomiciliares que trabajan en las zonas de mayor riesgo de contagio, como Durán, el Guasmo, Flor de Bastión y la isla Trinitaria.
Las medidas, que se mantendrán de forma permanente hasta julio, buscan prevenir además el contagio de otras patologías, como el zika, que evidencian un leve repunte.
Realidad
En las últimas décadas los casos de mayaro se reportaron únicamente en la selva tropical. El año pasado se reportó por primera vez en una ciudad. Allí otro de los por qué de la alarma.
Trabas
No existe aún en el mundo otra forma de identificar el mal si no es por una prueba. Y es que por conocerse aún muy poco del mayaro, resulta imposible detectarlo solo con los síntomas.
Los casos de zika se duplican
En relación a las estadísticas de enero y febrero del año pasado, los casos de dengue y zika en la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), en lo que va del año, se han incrementado. Los casos de dengue (sin signos de alarma) pasaron de 300 a 334, y los de zika de 12 a 30.
De esta última suma, 13 fueron diagnosticados en embarazadas, 5 más en relación al 2016. Todas están en seguimiento, pues si bien el año pasado no nació ningún infante con microcefalia -una de las posibles secuelas del zika-, el ente está al tanto de lo que pasa con la madre y su hijo hasta que nazca.
De los casos, al momento, solo uno ha encendido la alerta. “Y es que la madre adquirió el virus durante el primer trimestre de gestación, lo que incrementa el riesgo porque este recién se está formando”, dijo Franklin Bajaña, director zonal 8 de Vigilancia de la Salud Pública.an