Modelos de ciudad

QUÉ mejor momento, ahora que se avecinan unas elecciones seccionales, para abrir el debate sobre el modelo de ciudad de futuro. Una campaña electoral es el escenario idóneo para que los candidatos expongan planes a corto, medio y largo plazo para seducir a los votantes.

Hay muchas opciones para llegar a un destino que entienda la ciudad como un escenario donde sea posible atender las demandas urbanas de los residentes y al mismo tiempo las actividades que generen riqueza. El crecimiento es mucho más que el consumo de suelo para vivienda. Es actividad comercial y logística; se trata de políticas industriales y atención a parques empresariales; hay que dejar espacio a las zonas de ocio. Las políticas urbanas deben atender a las grandes ideas fuerza y a los detalles.

En Guayaquil ya se han presentado dos de los candidatos con aspiraciones serias de sentarse en el sillón de Olmedo, pero todavía hemos escuchado poco sobre lo que quieren hacer aparte de la estéril confrontación política sobre si el modelo que rige la ciudad hace décadas ha sido bueno, malo, el mejor, hay que mejorarlo, tiene cosas rescatables. Cada ciudadano tendrá una opinión determinante que coincidirá con alguno de esos aspectos pero ahora de lo que se trata es de mirar hacia adelante.

Por ejemplo: ¿Prefiere usted una ciudad jardín o el modelo con rejas? Guayaquil ha dado pasos en los últimos años en los dos sentidos. Tiene más zonas verdes y las alambradas se han convertido en una fotografía cada vez más habitual del paisaje urbano. Unas políticas urbanísticas de altura deberían plantearse la integración en la megaurbe de una miniciudad como Monte Sinaí. Deberían pensar asimismo en cómo habilitar rutas en paralelo a la vía a la costa para que las ciudadelas de esa zona de desarrollismo no vivan en una ratonera a expensas de que un corte de la carretera principal deje a sus vecinos atrapados. También habría que plantearse qué hacer con la industria empotrada en zonas residenciales. O si sería bueno un plan de peatonalización de las calles del centro para erradicar los atascos de tráfico y convertir los barrios en zonas amigables con el comercio y las sedes administrativas o de ocio. Se necesita impulsar definitivamente la cooperación con los municipios vecinos para la integración de ese Gran Guayaquil que se ve reflejado más en el mundo imaginario que sobre la realidad.

Las lista de peticiones podría ser interminable. Solo hay que concretar un plan hacia el modelo elegido. Y que la gente lo vote. Es el momento de los candidatos, esperamos su propuesta.