Jéssica Karina Delgado, a quien de cariño sus amigos y familiares la llamaban Rubia, retornó a su querido cantón La Libertad, en la provincia de Santa Elena, solo para morir. La mujer fue encontrada asesinada la noche del jueves con disparos en la cabeza junto con su esposo, Jean Pierre, quien era conocido como Duende.

La Rubia emigró por trabajo a la ciudad de Barcelona (España) hace dos años y muy entusiasmada retornó a la península el pasado martes 28 de febrero. Ella quería disfrutar de unas cortas vacaciones rodeada del cariño de sus familiares.

A Jéssica Karina le estaba yendo muy bien en España. En el viejo continente la joven laboraba como chef en un restaurante en donde ella se destacaba por ser la especialista en la gastronomía latina mientras a la vez aprendía de sus colegas los secretos de la cocina europea.

“Mi lindo Ecuador, de vuelta a mi tierra”, posteó en su cuenta de la red social Facebook la mañana del miércoles. La publicación estaba acompañada de varias fotografías de su paseo por el malecón de La Libertad y la visita a una cevichería.

También subió fotos con sus seres queridos, quienes le prepararon un caluroso recibimiento. Los familiares de la fémina no se explican por qué apareció acribillada, “ojalá se investigue qué fue lo que pasó”, dijo consternado uno de los deudos.

Delgado salió junto a su esposo la mañana del jueves muy temprano a recorrer varios sitios turísticos de la península. En sus planes también estaba visitar a unos antiguos amigos. Además, tenía previsto en horas de la tarde acudir a la playa.

Sus allegados no se comunicaron con ella para que pudiera disfrutar de la jornada sin preocupaciones. La sorpresa, sin embargo, fue enorme cuando en horas de la noche recibieron una llamada de la policía que les informaba de que Jéssica Karina había sido asesinada.

Ayer, la policía indagaba más detalles con los familiares de ambos ciudadanos. Los asesinos, antes de acribillarlos, los torturaron, según los indicios. Se indicó que la mujer no tenía antecedentes penales.

Jéssica Karina y Jean Pierre se unieron en matrimonio en el 2015 y procrearon un hijo. Aunque desde hace dos años ella laboraba en el extranjero, de manera permanente se comunicaba con su esposo para saber de su pequeño y de su familia.

La pareja se sumó a la creciente cantidad de víctimas de asesinatos y muertes violentas en la provincia de Santa Elena.