Llamando a consulta

¿Será la consulta la vía más expedita para salir de este caos ético-económico en que nos dejó la revolución ciudadana de Rafael Correa? ¿Realmente la situación económica, tanto la crisis fiscal y la ausencia de inversión privada, como la economía familiar y la falta de empleo pueden esperar hasta enero del 2018 en que se conocerá cómo responde el ciudadano a las inquietudes que el presidente Lenín Moreno está preparando? ¿Cambiará la percepción generalizada de impunidad con ese llamado a la consulta? Varios ministros aún no asumen la gravedad de la crisis actual. ¿Será que con la consulta se percatarán de que están pasando minutos, horas, días, meses y su lentitud para tomar decisiones solo está agravando la crisis? ¿Será que con la consulta los inversionistas correrán a traer sus fondos para reactivar una economía enferma? ¿Se regularán automáticamente los altísimos costos que afectan la competitividad de las empresas como agua, luz, teléfonos y la falta de incentivos para generar o mantener empleos? ¿Se dejará de perseguir políticamente y judicialmente a actores de la sociedad civil por denunciar incorrecciones, ahora que tenemos consulta? ¿Las organizaciones no gubernamentales dejarán de sentir presión con la aplicación del decreto 16?

Aparentemente, no. Los ecuatorianos merecemos ver la puerta de salida más clara. Están bien los diálogos y la apertura como eje del accionar del nuevo gobierno. Pero, por ejemplo, no es posible que el presidente no haya reunido ya a los constitucionalistas más incuestionados para que lo ayuden a construir una hoja de ruta más precisa, más audaz, más rápida. Debe existir una vía más expedita que aquella a que nos convoca este llamado. Las encuestas indican que el capital político que tiene el Gobierno no es eterno, se puede agotar pronto, y más pronto todavía si la crisis se siente en los bolsillos de los ciudadanos o en la permisividad ética.

Queremos un presidente valiente, que enfrente con fortaleza su propósito de presidencia, por eso votaron los ecuatorianos. Por eso lo medirá la historia al presidente Moreno.