
“America Latina debe reflexionar”
Análisis en caliente.
Con el conteo aún en marcha, Evo Morales apunta a la derrota. ¿Es el ocaso de la tendencia?
Yo considero que la tendencia del socialismo del siglo XXI correspondió a un enunciado de los propios gobiernos interesados en ese relato.
¿No ve usted una franquicia?
Las franquicias existen. Pero creo que la realidad de los países varía mucho: no se puede partir de un principio universal para casos específicos. El caso de Bolivia no tiene que ver con el de Venezuela.
¿Cómo los diferencia?
El caso venezolano es producto de una ineficacia absoluta y un manejo deplorable de la gestión. Eso, en Bolivia, no está pasando.
¿Y en Argentina?
No llegó a los niveles venezolanos, pero sí a un nivel de ineficiencia que ha repercutido en la inflación y la inseguridad.
Una de las claras similitudes es el deseo de aferrarse al poder: todos rondan la década.
Bueno, es un factor entre otros. Pero uno de los factores tremendos que comparten es el tema de la corrupción. En el caso brasileño es notable. Hemos amanecido con el pedido de prisión del estratega de Dilma Rousseff (página 12).
La corrupción como denominador común también tocó a Evo, días antes de la votación. ¿Fue una estocada final?
Yo soy un poco escéptico frente a eso. No sabemos si le malquista o le bienquista en el imaginario popular el haber mantenido una relación con una empresaria y el supuesto desvío de fondos a favor de la empresa china que esta persona dirigía. ¿A escasos nueve días puede afectar en el voto? Tengo mis dudas.
En el club socialista del siglo XXI también hay predilección por culpar al exterior. ¿Eran capaces de gobernar sin bonanza?
En el caso venezolano me parece que de ninguna manera. Allí ha habido derroche. En el caso argentino ha habido compadrazgos y una década de ineficiencia. El problema es que pronto la gente se va a olvidar de los 12 años del kirchnerismo y pedirá que se resuelvan.
¿El desafío del cambio de tendencia es resolver en corto los problemas de la última década?
No se ven las soluciones porque lo que se ha producido en estos largos períodos de gobierno ha sido una deformación institucional y una serie de redes que imposibilitan cambios absolutos, sobre todo en situaciones económicas difíciles.
Usted es un hombre de tesis. ¿Cuál es la lección de este capítulo histórico?
La democracia es un modelo de gobierno donde la opinión de los diferentes sectores cuenta, donde no hay una lucha de amigo-enemigo y no hay grandes utopías a realizar. En democracia, las personas reemplazan a las personas, existe división de poderes y se practican libertades. América Latina debe reflexionar. Eso es lo que tenemos que alcanzar.