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James Buizer: “Es posible que en Guayaquil haya zonas que se inunden mas”

Este referente mundial en temas de sostenibilidad visita una vez más el Ecuador. Llegó como invitado de la Espol, que cumple hoy 61 años de vida institucional.

Buizer es director del Programa de Adaptación al clima y desarrollo internacional en el Instituto del Medio Ambiente de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), de EE. UU.

En un hotel del norte de Guayaquil, Buizer recibe a EXPRESO para profundizar en el tema que lo ha convertido en un referente mundial. Con él, uno de los científicos que contribuyó con su trabajo a los informes del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, organización que, en el 2007, compartió el Premio Nobel de la Paz junto a Albert Arnold (Al) Gore Jr; se analiza una serie de interrogantes. Todas aterrizadas a la realidad de Guayaquil.

¿Qué debe hacer el ciudadano común para contrarrestar el cambio climático en la ciudad y el mundo?

Muchas cosas, puesto que todos tenemos la responsabilidad de proteger a la naturaleza. Pero para ello se necesita, primero, de educación. La comunidad debe saber cuáles son los impactos del cambio. Debe saber que el mundo nos pertenece a todos y que debemos cuidarlo. Debe saber que si ensucia su calle está ensuciando la casa. Más responsabilidad tienen las personas de estrato económicamente alto. ¿Por qué? Porque este grupo de personas generalmente gasta más. Es como pasa en Estados Unidos, gastan tanto que si cada persona en el mundo viviera como vive el promedio ciudadano estadounidense, necesitaríamos de 5,5 planetas para vivir. Y es que teniendo más dinero, tenemos menos riesgo y de los impactos: si hace calor, prendo el aire y ya.

¿Cómo afecta la falta de árboles y sombra a una ciudad?

De algunas maneras. La falta de árboles y sombra da cabida a las islas de calor urbano. Yo vivo en Tucson, Arizona (EE. UU.), que es un desierto, y allí el cemento absorbe el calor y lo libera durante la noche. Ahora la temperatura más baja ha subido 10 grados. Entonces la presencia de los árboles es muy importante. Por eso allá estamos tomando acciones, la academia y la alcaldía de la ciudad donde resido ha propuesto plantar un millón de árboles en un año.

Esa entonces sería una de las medidas que podrían ayudar a Guayaquil, una ciudad en la que no existe el número de árboles suficientes...

Sí, pero también se podrían hacer otros cambios. Se podría, por ejemplo, capturar el agua de las lluvias para utilizarlas para regar sus propias plantas, por meses. Eso ahorra mucha agua potable, de igual y con el mismo fin, se podrían sembrar plantas que no requieran de mucho líquido. Son maneras de optar por el cambio. En algunos países del mundo lo hacen y les va bien. Más aún cuando han optado por usar paneles solares, que si bien son costosos, las ventajas luego de 5 o 6 años, que posiblemente se terminan de pagar, se las ve de por vida.

Pero, ¿cómo podrían obtener este servicio las personas de escasos recursos? Es difícil.

En este punto me parece interesante que el Gobierno local tenga un presupuesto destinado para otorgar préstamos para estas obras, que son necesarias.

Por ubicarse prácticamente a nivel del mar, Guayaquil tiende a inundarse. De hecho, ahora, cada que sube la marea lo hace. ¿De qué manera puede afectar esto a la ciudad?

Es posible que esos sitios se inunden más y que incluso aquellos que no se inundan, lo hagan. El nivel del mar en el mundo ha subido en promedio dos centímetros y por eso pasa lo que pasa, y no hay cómo evitarlo. En Miami está pasando, lo mismo en Venecia y en Holanda. De hecho en este último país están construyendo una especie de muros para que contengan el agua en el mar, pero no creo que ayuden mucho. Retener el océano es complicado. Quizás con infraestructura se pueda frenar en algo el problema. Esto es, que si vemos que el nivel del mar está subiendo, los municipios no deben otorgar permisos para construir en las zonas de riesgo. Pero para lograrlo, las autoridades deben trabajar de la mano de expertos, la academia... En Guayaquil, por citar un caso, la zona gubernamental necesita tener un comité asesor para que, con bases y teniendo en cuenta los escenarios futuro, planifique según la realidad del entorno.

¿Se debería también cambiar la infraestructura de los alcantarillados para evitar las inundaciones?

Podría. En algunas partes del mundo se están haciendo los tubos del sistema de alcantarillado más grandes y los puentes más altos; porque ven que esto no va a cambiar. Sin embargo hay que hacerlo cuando se tenga que reemplazar el proceso. Cambiar todo de cero sería realmente muy costoso. No sería viable.

¿Cuáles son las predicciones que maneja respecto a la crisis y cambios climáticos?

Los cambios lo estamos sintiendo ya. Ahora todo es más extremo y va a continuar así: las lluvias serán más duraderas y las sequías más extremas. No puedo hablar de tiempo, sí de cómo se van a dar los cambios de temperatura y su impacto.

Entre las opciones que apuntan a contrarrestar los efectos del cambio climático, consta el hecho de reciclar. En Guayaquil este proceso aún tiene vacíos. ¿Cómo afecta esto a la población?

Muchísimo. El plástico genera, sin cambio climático, muchísimo daño. Un estudio confirmó que en el año 2030 habrá más plástico que vida en los océanos, hay que reaccionar. Hay que reciclar, sí, empezando por el hogar y ejecutando acciones mínimas. Todo pesa.

¿Cómo deben actuar los gobernantes en este tema?

Ellos deben tener la suficiente fuerza de liderazgo para emprender los cambios, aún si su gestión es de cuatro años. Las personas, por su parte, deben saber por quién votar. Esto no se trata de ser político, pero sí es necesario hacerlo por alguien que se preocupa por determinados temas que demoran mucho, pero que le hacen bien al ambiente. Pero claro, el reciclaje y todos esos temas que apuntan a mejorar el entorno no dependen solo de un alcalde o una persona, sino de todos.

La mejor de las públicas

La Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) cumple hoy 61 años con motivos adicionales de celebración. Uno de ellos es que la edición 2020 del ‘QS Regional Rankings Latin America’ la vuelve a ubicar como la universidad pública número uno del Ecuador y la ratifica en el puesto 64 entre 400 instituciones evaluadas de la región.