Agarrones. En este tiro de esquina se observa claramente cómo el eléctrico Óscar Bagüí abraza a Jonatan Álvez (i), mientras que en otro cuadro se nota al volante Osbaldo Lastra controlar con sus brazos a Jefferson Mena (d).

La infraccion imperceptible

Así como los defensores azules intentan dominar a los amarillos con agarrones, lo mismo sucedió en el área del cuadro canario.

Son jugadas de microsegundos, muchas veces invisibles. Las parejas en el área se fijan y el defensor por costumbre, o mal hábito, tiende a sujetar a su rival para controlarlo. Ese forcejeo entre uno y otro, que a veces desencadena en un futbolista caído y con los brazos abiertos pidiendo una explicación, fue una de las imágenes más repetidas en el Clásico del Astillero, pero en ningún momento Carlos Orbe señaló el manchón penal. ¿Por qué?

No se deje llevar por la foto principal. Así como los defensores azules intentan dominar a los amarillos con agarrones, lo mismo sucedió en el área del cuadro canario. Sin embargo, en la casa amarilla fue donde se sintió y se exteriorizó su inconformidad con el juez central del Clásico pasado en el Monumental.

Guillermo Almada, DT canario, dijo que “esto es algo que nos ha golpeado en todo este 2017, otra vez no pitan un penal que lo vimos todos”, igual de afligido estuvo el vicepresidente de la Comisión de fútbol, Carlos Alejandro Alfaro Moreno: “el árbitro del Clásico fue un desastre. Si no hay cambio van a tener que escucharnos siempre después de cada partido”.

Pero más allá de que un club se sienta o no afectado, dos exárbitros FIFA ecuatorianos le explicaron a EXPRESO que no es una jugada sencilla de percibir y que en situaciones así “hay hasta cinco penales si se mira con una lupa”.

“Los agarrones tienen que ser muy evidentes para ser sancionados. Cuando sucede un lanzamiento de tiro libre, el árbitro tiene que controlar a varios jugadores, no solo a uno, y recuerde que todos están en movimiento, es más fácil cuando el agarrón o el sujetar es más claro”, contó Alfredo Intriago.

Para Franklin Romero hubo dos aspectos que gravitaron en que Orbe no pueda marcar la debida infracción. “Primero es la ubicación, hubo una falta a Mondaini y al abrir la toma, el árbitro estaba detrás, nunca lo iba a poder ver. También es la rapidez de la jugada, en tiempo real no daba la impresión de que fuera penal contra Álvez, pero en cámara lenta sí”.

Ambos discrepan en la tecnología como solución. Intriago opina que “el VAR ayudaría si el árbitro tiene la duda, pues puede ir a revisarla y tomar la decisión correcta”, pero Romero cree que “utilizar el VAR a cada rato por jugadas como estas quitan la esencia al juego”.

En lo que sí coincidieron fue en que ambas jugadas polémicas debieron ser penales, pero también le abren el paraguas a Orbe por lo complejo que a veces resulta.

El punto le sabe mejor al Bombillo

El Clásico del Astillero iba a ser una prueba de fuego para ambos clubes. Un triunfo para los eléctricos significaba ser el nuevo líder del campeonato y depender de él mismo para ganar la etapa, mientras que para Barcelona, acercarse al puesto de Copa Libertadores y soñar con un lugar en la final contra Delfín.

Es por esto que el empate deja más abierta la puerta de pelea al Bombillo que al Ídolo, quien todavía puede llegar a Libertadores, pero prácticamente se despide de la posibilidad de pelear el bicampeonato.

Emelec redujo la ventaja del líder a un punto, que bien podría sacarle provecho este fin de semana al enfrentar a Fuerza Amarilla en Machala, mientras que Delfín debe recibir en el Jocay al Deportivo Cuenca, que está a tres puntos del cetáceo.

De no moverse las posiciones en esta fecha 18, el próximo miércoles, Emelec tendrá otro Clásico en su casa, en el que un triunfo le daría un gran empujón, pero el empate lo pondría puntero por gol diferencia.