Un ejercicio de transparencia. Ante el declive de Plaza Guayarte y la opaca rendición de cuentas del Municipio de Guayaquil sobre el tema, Diario EXPRESO revisó los documentos de las compras públicas relacionadas con ese lugar, como se expuso en la nota: “Guayarte: cimentada en dudas por el silencio oficial”.

Hoy se fija el foco en el medio millón de dólares que el Cabildo destinó en cuatro contratos para eventos, a favor de tres contratistas, entre 2018 y 2021. Por ejemplo, en la mayoría de esos procesos contractuales hace falta la información que soporte la realización de las actividades, como registros fotográficos, con corte al 11 de abril pasado.

Entre la información disponible constan listados de los servicios entregados por los proveedores Rompecabezas S. A., Godfilms S. A. y Nelson Parra, sus valores, en actas firmadas por funcionarios.

De acuerdo con la información procesada por este Diario, los $ 455 mil para eventos se usaron, en su mayoría, en la contratación de intérpretes musicales, por $ 168 mil; seguido de logística, por $ 72 mil; gastos administrativos, por $ 65 mil, es decir, estos tres rubros representan casi el 70 % de esa inversión pública.

También constan los stand up, monólogos, obras teatrales, por $ 60 mil; exposiciones de arte, por $ 27 mil; juegos inflables, burbujas, caritas pintadas, por $ 17 mil; shows temáticos, por $ 16 mil; danza, por $ 12 mil; equilibrismo y malabarismo, por $ 11 mil, y otros rubros de menor costo, como arte urbano por $ 722.

“Ese valor me parece irrisorio en comparación con otras actividades”, es la apreciación de Aarón Torres, miembro de la agrupación Acción Poética Guayaquil, al enterarse del monto que se destinó para ese último rubro, al que conoce como la palma de su mano, ya que el colectivo que integra pinta frases literarias en paredes, con autogestión, es decir, sin lucrarse.

Y señala que ciertos eventos o servicios, como los juegos inflables o caritas pintadas, también podrían ser considerados como relleno o simple enganche para las familias, si se toma en cuenta que el concepto de Guayarte se basa en una plaza artística, pero que “terminó siendo un centro comercial con un par de pinturas”.

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Lender Torres, gestora cultural que ofrece tours guiados con experiencias artísticas en el Cementerio Patrimonial de Guayaquil, refiere la subjetividad que existe en la valoración del arte. Sin embargo, delinea las características que podrían ayudar a identificar las expresiones artísticas de actividades de entretenimiento sin un mayor fondo u objetivo.

“Un ejemplo, puede decir caritas pintadas. (Pero) cómo se pintó, hay una línea gráfica especializada, qué material, si tiene diseños ancestrales o animales nuestros que están en peligro de extinción, como para que el niño conozca. Ahí sí puede entrar (como trabajo de arte y cultura)”, explica.

Sin embargo, la información disponible de los procesos contractuales carece de mayor descripción de las actividades contratadas por el Cabildo.

La decadencia por la que atraviesa Guayarte también se la puede relacionar con una posible falta de rigor académico, de conocimientos de sociología, antropología, arte y cultura de sus administradores, señala el gestor cultural Andrés Zerega.

“La mayoría de los eventos que se han dado en Guayarte son netamente entretenimiento. Hay que saber diferenciar el entretenimiento de las expresiones artísticas y culturales (...). Se lo hace con una mirada de industria cultural y creativa; mas no de eventismo, por llenar un espacio por uno o dos días. Porque no se está manejando ningún tipo de proyecto que construya ciudadanía”, enfatiza.

El especialista agrega que los funcionarios que dirigen este tipo de proyectos o sitios deben sintonizarse con los diferentes públicos que tiene la ciudad, como los amantes del anime o el hip hop.

Diario EXPRESO solicitó información y una entrevista al Municipio de Guayaquil, a través de correos electrónicos y mensajes de celular, pero no hubo respuesta.

También se contactó a Jorge Acaiturri, concejal recién electo por la lista 6, quien dirigió el área de Acción Social del Municipio (2019-2022), que a su vez tenía a cargo la administración de Guayarte. Solo mencionó “los efectos de la COVID-19, la inseguridad ciudadana y las protestas” como las causas de la afectación de la plaza artística.

En su respuesta a varias preguntas de este Diario, evitó contestar por qué Guayarte no tiene una página web, cuando el Cabildo destinó más de $ 20 mil para el desarrollo de un sitio de internet, en un contrato que se firmó en 2019. Así lo revelamos el 10 de abril.

La página web y el correcto uso de redes sociales de la plaza son claves para comunicar los eventos y mantener una conexión con su público objetivo, refieren especialistas. Ese es otro punto débil de la administración del lugar que nació iluminado, en medio de abundancia y algarabía, que ahora se ve opaco, deteriorado y vacío.

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