Una dieta rica en pescado durante las etapas más tempranas del embarazo está relacionada con efectos beneficiosos para dicha capacidad.

Segun estudio, comer pescado hace ninos inteligentes

El Instituto de Salud Global de Barcelona señala la importancia de seguir una dieta rica en pescado blanco y azul durante los primeros meses de embarazo.

Un equipo científico del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), estudió la relación existente entre el consumo de diferentes tipos de pescado durante el embarazo y la capacidad de atención de los niños y las niñas a los ocho años.

Los resultados, publicados en la revista International Journal of Epidemiology, muestran que una dieta rica en pescado durante las etapas más tempranas del embarazo está relacionada con efectos beneficiosos para dicha capacidad.

En una públicación hecha el 2017 por la industria atunera en el Ecuador, se menciona que “las mujeres embarazadas o en período de lactancia, pueden consumir un máximo de 170 gramos semanales de atún blanco (albacora), por sus propiedades nutricionales”.

También recomendaba su consumo para la prevención de enfermedades cardiovasculares, de cáncer de próstata, de trastornos inmunológicos, de osteoporosis y para el término de los embarazos y el posterior desarrollo neurológico y cardiovascular de los lactantes y los niños.

En el caso de la investigación hecha en España, esta siguió a 1.641 parejas de madres e hijos pertenecientes al Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente).

Durante nueve meses, las madres completaron numerosos cuestionarios que contemplaban varias frecuencias de consumo para más de cien alimentos, entre los que se encontraban los distintos pescados.

Los datos de la alimentación de niños y niñas también fueron recopilados utilizando el mismo cuestionario a las edades de uno, cinco y ocho años.

Las conclusiones del estudio, menciona que “con el consumo de pescado durante el primer trimestre de embarazo se observa un efecto sobre la capacidad de atención de los niños mayor que con la ingesta durante el embarazo tardío o la ingesta por parte de los niños a los cinco años, cuando algunos de los procesos de neurodesarrollo ya han finalizado”.

La formación del cerebro tiene lugar principalmente durante el embarazo, mediante procesos biológicos complejos como la generación de las neuronas, la creación de las sinapsis y la mielinización neuronal.

Los nutrientes esenciales, como los ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs, por sus siglas en inglés), son fundamentales para estos procesos. “Los ácidos docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA) son los principales PUFAs omega-3 involucrados en el desarrollo neurológico y la fuente principal de ambos es el pescado”, señala Jordi Sunyer, director del programa de Infancia y medio ambiente de ISGlobal.

Diferencias entre pescados

El estudio contempla también las diferencias entre los distintos tipos de pescados y mariscos: pescado azul (anguila, atún, bonito, jurel, salmón, sardina, caballa), pescado blanco, atún en lata y crustáceos y moluscos. Tanto los hijos y las hijas de aquellas mujeres con una dieta rica en varios pescados como los de mujeres con dietas ricas solo en pescado azul o solo en pescado blanco mostraron unos resultados muy positivos en las pruebas de atención. Sin embargo, cuando el aporte de pescado a la dieta de las madres se basaba en el atún en lata o el marisco, los datos fueron inferiores.

Pese a los prometedores resultados de este estudio, existen investigaciones anteriores que vinculan el consumo de pescado durante el embarazo con la obesidad infantil, así como con el aumento de la presión arterial, se menciona en un artículo publicado por el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Por ello, los expertos insisten en la necesidad de realizar más investigaciones en torno esta temática, con el objetivo de determinar con exactitud qué especies y en qué cantidades de pescado son beneficiosas para el desarrollo fetal.