Desde las 09:00, el trabajo en el Archivo Metropolitano de Historia de Quito no se detiene. Y es que ahí, un grupo de historiadores y restauradores laboran contra reloj para completar la primera fase de inventariado y digitalización de los tomos que contienen el pasado de la capital del Ecuador.

Programada para once meses de intenso trabajo, esta primera fase aborda el inventario de 1.000 tomos del acervo para su inclusión en el Sistema de Información del Patrimonio Cultural del Ecuador (Sipce) y su posterior digitalización.

Así lo explicó Karen Proaño, directora de Inventario Patrimonial de IMP. “Estamos trabajando con los tomos más antiguos del archivo, que datan desde 1603 hasta 1944. Se hace un levantamiento de la información técnica de cada tomo, de su contenido, su estado de conservación y se lleva a cabo el levantamiento fotográfico”, detalló.

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El objetivo de este proceso, que continuará en los próximos años en varias fases, es contar con un acervo virtual de la documentación, que detalla temas como la fundación de barrios, las actas del concejo y los planos del crecimiento de la ciudad, para que esa información pueda ser consultada sin necesidad de manipulación externa.

Pero la digitalización es tan solo parte del proceso de modernización del Archivo. También incluye su traslado a una nueva sede: la antigua casa del expresidente Gabriel García Moreno, en la Plaza de Santo Domingo.

Este espacio se aseguró en 2021, cuando el Archivo reportó la crítica falta de espacio para albergar los tomos.

No obstante, la vivienda patrimonial pasó varios años desocupada y debió someterse a una restauración intensiva. Esta concluyó el año pasado y ahora solo se está a la espera de su adecuación, a cargo de la administración entrante.

Así lo indicó Angélica Arias, titular del Instituto Metropolitano de Patrimonio hasta el cierre de esta edición.

“Está lista la restauración integral, está aprobado el estudio arquitectónico para las transformaciones que necesita la casa. Lo pendiente es la adecuación y el traslado”. Añadió que se ha llevado a cabo el análisis del espacio con criterios técnicos internacionales, por lo que, al abrirse, se convertiría en un hito en la región.

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En el Archivo, con el proceso de digitalización ya en marcha, también están a la espera de las obras de adaptación de la vivienda para poder concretar el traslado. “Es cuestión de meter los volúmenes en contenedores y organizar el transporte con custodios. Ni bien nos informen de que todo está listo, nosotros estamos preparados para mudarnos”, aseveró Sonia Merizalde, encargada del archivo.

Registros del ‘shopping’ de un prócer

Huevos, azúcar y frutos secos. Estos eran algunos de los ingredientes que las religiosas de los conventos del Carmen Alto y Carmen Bajo usaban para preparar los dulces y colaciones que alimentaban a Simón Bolívar y sus generales, cuyas adquisiciones constan en los folios del Archivo. “Hay muchas curiosidades”, explicó Sonia Merizalde, encargada del repositorio. “Ahí constan facturas por el alquiler de vajillas de plata, y cosas como las cartas de emancipación de los esclavos”.