Desorden alrededor de la terminal Pascuales
6.000 viajeros salen por día desde la terminal Pascuales. Cifra a julio de 2017.
Ni las multas paran el desorden en la vía a Daule. En el sector aledaño a la terminal terrestre municipal Pascuales, cuatro letreros alertan sobre las multas que se aplicarán a los choferes en caso de recoger o dejar pasajeros. Sin embargo, eso no es obstáculo para que esas prácticas se mantengan. Tanto buses urbanos como intra e interprovinciales generan el desorden.
A más del caos vehicular que se forma, los buses aparcados cerca a la terminal satélite generan la subutilización de la estación inaugurada hace dos años con el objetivo de terminar con los paraderos improvisados que se formaban en los alrededores, y ofrecer al ciudadano mayor seguridad.
Eduardo Salgado, gerente de la Fundación Terminal Terrestre, sugiere que los controles se ejecuten con mayor rigor, aunque desconoce si las multas se aplican o no; lo que es visible, en la práctica, son los buses parando y abriendo las puertas para que la gente suba y baje de las unidades.
En el espacio cerca de la terminal satélite, una gasolinera es utilizada para la parada informal, juega a su favor el semáforo en rojo, aunque los choferes recogen y dejan pasajeros, incluso con luz en verde, como lo pudo corroborar un equipo de este Diario.
La situación se repite a lo largo de la vía a Daule. Una miniterminal más grande se improvisa a la altura de la penitenciaría del Litoral, irónicamente, una cuadra más adelante se encuentra el paradero establecido.
Mientras que en el sector conocido como Puente Lucía, la miniterminal cobra más fuerza. Allí, el comercio fluye por la presencia de los buses aparcados llenos de pasajeros, o viajeros que esperan las rutas hacia el norte de Guayas o provincias como Manabí.
Allí no solo se sirven los moradores del sector; gran cantidad de pasajeros se baja de los buses urbanos, de las líneas 54, 120B, 67 y 4, que vienen desde varios puntos de Guayaquil.
José Martillo, vendedor ambulante, cree que es por la facilidad de encontrar todos los buses de esa ruta haciendo una parada. Y para ahorrar en el pasaje, sugiere.
Concuerda con ello Fernando Amador, director de transporte público de la Autoridad de Tránsito Municipal de Guayaquil, quien admite haber recibido una notificación de parte de la terminal terrestre sobre este particular.
El funcionario considera que hay dos efectos en ello: el primero que tiene que ver con la ruta establecida para los buses que brindan el servicio hasta allá. “Su frecuencia está establecida así y no se les puede impedir su llegada hasta ese sitio porque sigue siendo jurisdicción de Guayaquil”, afirma.
El segundo efecto que ve Amador, es con la economía de los usuarios. “Si se puede ahorrar la tasa de utilización de la terminal satélite, o lo que le cobren por el recorrido, supongo que el usuario lo hará”.
Marcelo Santiago lo justifica de esta manera: la línea 120B lo deja en Puente Lucía, por 30 centavos; de allí hasta Nobol le cobran 50 centavos. “Es decir gasto 80 centavos. No así si me quedo en la terminal. Allí son 30 centavos del bus urbano más un dólar 35 centavos que cobra la cooperativa”.
En ese sentido, la economía está por encima de la comodidad y de la seguridad. Este Diario pudo comprobar que en las miniterminales, los pasajeros suben o bajan al apuro, e incluso con el automotor en marcha.
Amador asegura que la ATM se encuentra estudiando la situación para tomar la mejor decisión del servicio de transporte.
La estación con rutas a la costa
La terminal terrestre municipal Pascuales fue inaugurada el 30 de marzo de 2016 por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot. Su zona de influencia es el sector comprendido entre los kilómetros 2 y 20 de la vía a Daule, así como los usuarios que van y vienen de los cantones del norte de Guayas, de Manabí y Los Ríos.
El gerente de la Fundación Terminal Terrestre, Eduardo Salgado, informó que se estudia autorizar la salida de frecuencias hacia la vía a la costa, para que los residentes de la zona de influencia ya no deban trasladarse hasta la terminal Jaime Roldós para tomar las rutas que van a las playas y sectores aledaños.