Una renovación. En Quito, el presidente de la República, Daniel Noboa, oficializó los cambios en la cúpula militar con la posesión del nuevo Alto Mando Militar.

Este cambio de las cabezas de las ramas de las Fuerzas Armadas se registra en medio de la ola de violencia del crimen organizado que ha echado raíces en una suerte de hoyos negros que se extienden en varias zonas del país, como Esmeraldas, Manabí, Los Ríos, El Oro, Guayas, Santa Elena, Sucumbíos, entre otras provincias. 

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En cantones de esas zonas, no hay la presencia real del Estado, más bien mandan bandas delictivas que responden a organizaciones narcoterroristas con nexos con carteles colombianos y mexicanos.

La ciudadanía espera un papel más protagónico de las Fuerzas Armadas en las calles del país, con verdadera inteligencia para adelantar acciones frente a atentados que causan terror en áreas urbanas. Por ejemplo, este jueves 30 de noviembre se registró un segundo bombazo en la tradicional ciudadela Martha de Roldós, en menos de una semana.

En la Asamblea Nacional está pendiente el tratamiento del Proyecto de Ley Reformatoria al Código Orgánico de entidad de Seguridad Ciudadana y Orden Público, con el que se daría mayor participación de los militares en la seguridad.

"La unidad es necesaria para poder devolverle la paz al pueblo ecuatoriano", dijo el presidente Noboa en el acto de posesión de este jueves 30 de noviembre.

Cúpula Militar:

Contraalmirante Jaime Patricio Vela, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

General Edwin Adatty, al mando del Ejército.

Contraalmirante Miguel Córdova, comandante general de la Armada.

Brigadier general Celiano Cevallos, comandante general de la Fuerza Aérea.

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