Ciudadanias y factores historicos
Se es ciudadano no porque el Estado, régimen o gobierno otorgue y reconozca tal hecho, sino porque en su historia sociopolítica conquistó tal condición. Esto se tradujo en la declaración de EE. UU. de 1776, afirmando: “Que todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes, y tienen ciertos derechos inherentes, de los cuales, cuando entran a estado de sociedad, no pueden, por ningún pacto, privar o despojar a su posteridad; a saber, el goce de la vida y la libertad, con los medios para adquirir y poseer propiedad, y perseguir y obtener felicidad y seguridad” (art. 1).
Asimismo lo hizo la Revolución francesa en 1789, que dictó la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Ahí se afirmó que: “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales solo pueden fundarse en la utilidad común. La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión” (artículos 1 y 2). También que los pueblos deben hacerlos respetar y luchar por su vigencia. Contempló el derecho a ser libres, no tutelados, excluidos ni esclavizados. Así surgió la libertad de culto, pensamiento y prensa. Consagró el derecho a no ser perseguido, apresado ni juzgado porque se piensa y expone ideas diferentes y opuestas a cualquier gobierno.
Estos fueron grandes e importantes logros para la construcción, afirmación y trascendencia de la democracia y la ciudadanía. Por esto la ONU los aprobó en 1948, para la cabal observancia por las naciones que los suscribieron. El Ecuador lo hizo. Por lo tanto, su Estado y gobiernos tienen la obligación de respetarlos y cumplirlos. Estos derechos a veces son irrespetados, incumplidos y vulnerados. Hay ejemplos y casos que evidencian esta situación. La última resolución de la Supercom sobre la publicación de una “investigación” e información “no contrastada” es prueba de ello. Y es que desde 1776, 1789 y 1948 esta declaración y suscripción por los Estados enfrenta varias dificultades respecto a su vigencia. Esto da cuenta de lo arduo que es afirmar y defender los derechos de los ciudadanos. Sin embargo, la historia de ellos obliga a seguir por la senda de su afirmación y defensa.