Editorial: El desafío de la Fiscalía
Las irregularidades en instituciones de salud son igual de importantes para los ciudadanos como procesar a rivales políticos
El nuevo timonel de la Fiscalía tiene mucho trabajo por delante. La era de su antecesora terminó y es su reto igualarla y superarla. Y una forma de encaminarse a ello es escudriñar en aquellos espacios en donde -deliberadamente o no- la exfiscal no observó. ¿Es todo pulcro dentro del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social? ¿Son transparentes las contrataciones en los hospitales Baca Ortiz, Carlos Andrade Marín, Teodoro Maldonado Carbo y otros? Las irregularidades en estas y otras instituciones son igual de importantes y relevantes para los ciudadanos como procesar a los rivales políticos del actual Gobierno, bajo los argumentos y evidencias que Fiscalía encuentre. Acciones similares, desde sus despachos, puede ejecutar la Defensoría del Pueblo y hasta el propio Gobierno, si no fuera que la estrategia ante estas eventualidades siempre es dejar que pase la ola y esperar que venga otra que la reemplace. Mientras esa siga siendo la lógica con la que se aborden los temas relevantes del país, nada cambiará.
El nuevo capitán de la Fiscalía debe entender que los casos de corrupción no pueden dormir un sueño eterno en un silencio sospechoso que lleva, en muchas ocasiones, a que estos prescriban y reine la impunidad. La ley debe alcanzar a todos los culpables aunque sean personas o instituciones que se escudan bajo una fachada de honorabilidad.