Salinas. Un tren circula por el balneario repartiendo música y espuma de carnaval a todo el que se acerca a su paso.

El carnaval en la playa es mucho mas que sol y mar

La fiesta no se apaga en Montañita y Salinas. La espuma y el agua alocan a los turistas, pero se arroja con más precaución.

La diversión en la costa se alarga en los carnavales 2019 durante cuatro días con todas sus noches. La agenda de festejos tiene oferta para todas las edades y todos los horarios. Los miles de visitantes que han pernoctado en los balnearios de la provincia de Santa Elena dividen su tiempo entre el día y la noche, pero guardan fuerzas para la celebración alargada. La idea es disfrutar al máximo el fin de semana largo de asueto que finaliza hoy.

Cuando se trata de celebrar carnaval, todo espacio es bueno para el esparcimiento nocturno. Una vez que cae el sol los malecones, las discotecas, los bares, los restaurantes y las veredas se repletan de visitantes para seguir con la farra que se extiende hasta altas horas de la madrugada.

Al grito de “¡viva el carnaval!” que se escucha por doquier, vuelan la espuma y el agua. Los turistas y los visitantes se alocan. Unos cuantos tiran harina y hasta arena. La algarabía se apodera de los grupos para luego dar paso al baile. La ingesta de cocteles y cervezas aclimata los ánimos de algunos al ritmo de la fiesta.

“Esto es lo máximo. ¿Para qué ir a otro país si aquí en Salinas se disfruta el mejor carnaval del mundo?”, presume la azuaya Gianella Ruiz, mientras corre para alcanzar a su amigo Wilmer Rizzo y bañarle el rostro de espuma.

Con unas playas abarrotadas durante el día entre bañistas y comerciantes y la aglomeración nocturna del malecón, comenzó a aplicar un serie de restricciones para que la fiesta de carnaval se lleve en paz, sin altercados ni daños físicos o materiales.

Hay normas para evitar el juego brusco de carnaval en el lanzamiento de agua y espuma, como consecuencia de los incidentes que afearon las fiestas en años anteriores. Desde los balcones de las altas edificaciones se lanzaban globos de agua que causaron perjuicios, incluso graves. “Eso ya no se permite acá; los ciudadanos han entendido que eso era muy peligroso”, explicó el policía municipal Luis González. Incluso los más jóvenes.

Mientras estos se divierten a su estilo, los de mayor edad optan por un paseo al pie del perfil costero en los vagones de pequeños trenes que recorren Salinas y La Libertad. Durante todo el trayecto la música no para de sonar.

Pero, sin duda alguna, la recreación nocturna más intensa para los visitantes está en Montañita. El balneario que no duerme, acoge como todo el año a nacionales y extranjeros que convergen en un solo fin: diversión y esparcimiento que parecen interminables.

“Montañita es un paraíso. Aquí se respira la verdadera libertad. No existe mejor sitio en el mundo para vacacionar que Montañita. No quisiera irme nunca de aquí”, comenta el chileno Daniel Villamarín, consciente de que en Montañita, el ambiente es carnavalesco durante los 365 días del año.

Prohibido el lanzamiento de altura

Los incidentes registrados en años anteriores en personas y propiedades derivó en la restricción, cargada de lógica, para el lanzamiento de agua desde los balcones de altos edificios. En Salinas, donde el malecón está sembrado de edificaciones muy elevadas, se ha adoptado esa limitación como precaución. La ciudadanía, incluso la que está de visita, la ha acogido. Eso no evitan los inofensivos ataques de espuma sin consideración de edad o género a los paseantes en el malecón.

Música y lluvia, una combinación compatible en la Cuna del Sol

Las noches festivas en Ambato, provincia de Tungurahua, también tienen varias opciones y para todos los gustos. Los turistas y lugareños se dividen entre acudir a los museos Juan Montalvo, Pachano Lalama, Juan Lalama y Eugenio Mera donde se exhibe el circuito de las flores y estará abierto hasta las 22:00 de hoy. También participan del Festival Internacional del Folclor en el Coliseo Cerrado de Deportes que este año cumple cinco décadas desde que se impulsó.

O para quienes prefieren los conciertos y bailar, la diversión se traslada al sur de la ciudad donde se programaron los conciertos internacionales. Aunque la lluvia también se invitó, los noctámbulos no dejaron de divertirse. “No importa si me resfrío, espero todo el año para disfrutar de estas fiestas de las flores y las frutas y me la gozaré, aunque sea empapada”, mencionó en tono sonriente Sandra Aldaz, quien ha acudido hasta la explanada municipal desde el viernes cuando se presentó Jorge Celedón.

El sábado fue la noche retro con Sandy Papo, la marca; mientras que el domingo fue el ‘Concierto Juvenil’ con Greeicy y Myke Bahía y anoche Juanes congregó a miles de asistentes que luego de disfrutar del desfile nocturno, acudieron hasta la explanada a corear las famosas melodías del colombiano.

Unas 70 mil personas se estima estuvieron durante el desfile carnavalero.

Así como durante la noche la festividad no para, en el día, en la ciudad de Guaranda es un ir y venir de turistas en busca de diversión.

“¡Agua blanca cristalina, agüita que yo he de beber. No vine tanto por el agua sino por venirte a ver. Qué bonito es carnaval!”, es una de las tantas coplas que Clara Gavilánez oriunda de la parroquia Guanujo cantó para animar el recorrido durante el desfile del carnaval por las calles de la capital de la provincia de Bolívar.

Clara es la que abrió prácticamente el desfile de las comparsas considerada la fiesta mayor, declarada Patrimonio Intangible en el 2012. Fue junto a su nieta Gabriela, de 4 años, ataviadas con la vestimenta típica de los indígenas de la localidad.

La mujer lleva una llama decorada con serpentinas, canastas donde se colocan cuyes asados, motes, chigüiles, fritada. Mientras la pequeña, una canastilla con dulces y chigüiles que es parte de la gastronomía típica, cuya comida solo se degusta en esta fecha.

A las 10:15 inició el recorrido con las calles totalmente copadas de turistas que llegaron de diferentes partes del país y también extranjeros. Teresa Taipe y Angelita Huerta son jubiladas y llegaron desde Quito junto a otros 40 compañeros. “Es la primera vez que vengo y siempre me han dicho que es uno de los mejores carnavales del país, y no se han equivocado”, dijo una de las visitantes.

El clima acompañó. Los nueve grados del amanecer cambiaron con el transcurso de la mañana y el sol alumbró hasta caída la tarde. YIE

Los conciertos y las reinas alargan la fiesta hasta la madrugada

Aparte de Guayaquil, donde la ciudad se quedó desnutrida de residentes pero no apagada, la zona playera de Guayas concentró parte de la diversión que salpicaba a todo el perfil costero nacional. Con conciertos, desfiles o certámenes de belleza se completó la habitual oferta estimulante de sol y mar de Playas.

Desde este fin de semana, María Panchana es la Reina del Carnaval. La joven, de 17 años, representó a la provincia del Guayas en el certamen de belleza, donde participaron también las provincias de Manabí, Esmeraldas, El Oro y Santa Elena.

Las participantes recalcaron sobre el atractivo natural del balneario y su potencial turístico y la ayuda que debería planificar dar el Ministerio de Turismo para que tengan una mejor promoción y desarrollo turístico. Los gobiernos locales a veces no tienen los suficientes recursos para hacerlo. Estas expresiones de las candidatas arrancaron los aplausos del público y sirvieron de preámbulo para la verdadera fiesta nocturna. Hansel Camacho, Jorge Celedón, entre otros artistas, pusieron la nota festiva musical en la elección de la reina que se realizó en el malecón, pese a la escasez de luz. El nuevo sistema eléctrico aún no está habilitado, indicaron voceros del Consejo Provincial.

La falta de iluminación no fue impedimento para que los turistas pasearan por el nuevo malecón que está en construcción. Sobre su vereda, varias familias colocaron sillas y disfrutaron del espectáculo y la brisa fresca. El parque infantil también fue otro punto de concentración, aunque también tenían poca luz.

Turistas como Manuel Vallejo prefirieron ir las discotecas apostadas en la avenida Jaime Roldós. Allí las ofertas no faltaban. Las discotecas Maturama Salsa no cobraban entrada y tenían artistas en vivo. “Al turista hay que ofrecerle precios cómodos para que gasten y vuelvan”, dijo Iván Crespín, dueño del lugar. Los restaurantes extendieron su horario de atención. Lolita Ochoa, del restaurante La Parrilla de Lolita, ubicado en la avenida Paquisha, dijo que en la noche el comensal ya cambia el menú. Prefiere carne asada, seco y chuzos. El marisco lo dejan para el día.

Dormir en el auto o carpa

En la playa se pudo observar que había turistas durmiendo en sus carros o en carpas ante la falta de hospedaje suficiente para la oleada de visitantes. “No me incomoda dormir en la playa; al contrario, me siento con una sensación de libertad y cerca del mar. Y, además, ahorro”, expresó con una sonrisa Luis Chonillo, que llegó desde Samborondón.

NM