
El largo camino de una Biblia en senas
Los Testigos de Jehová traducen el libro Sagrado para personas con discapacidad auditiva. Tomará 15 años. También elaboran filmes.
En medio de una tormenta, cinco hombres luchan por mantener su barco a flote. El espectador ve las gotas de lluvia, los truenos, los rostros contraerse mientras gritan, pero a la imagen la acompaña el silencio.
Los gritos del personaje bíblico Jonás y sus compañeros, aparece en un costado de la pantalla, en señas, pues esta película es, como más de otras 1.200 producciones que se elaboran en el centro de traducción de la sucursal de los Testigos de Jehová en Ecuador, para personas con discapacidad auditiva.
La oficina, ubicada en el complejo religioso de la vía a la costa, cuenta con 25 personas que dedican sus días a traducir las historias, los sermones y hasta la propia Biblia a lenguaje de señas ecuatoriano.
“El lenguaje propio es el lenguaje del corazón y para nosotros es importante y necesario que nuestros hermanos sordos tengan acceso a la Biblia y a otros productos en el lenguaje que ellos se comunican. Esto los integra a la congregación”, explicó Fernando Brito, portavoz de los testigos de Jehová.
Pero aunque estas producciones tardan varios meses en elaborarse, el trabajo más complejo que han emprendido es la traducción de la Biblia entera, que, como explica Guy Marievoet, director del centro, tomará 15 años. Al momento han publicado ya el libro del apóstol Mateo, que tardó un año entero en elaborarse.
“Es un proceso largo porque cada capítulo tiene que dibujarse para desprenderse de la lengua escrita. De ahí tarda 3 o 4 días en convertirse al lenguaje de señas. Cuando está listo, hacemos una grabación preliminar y traemos un grupo de personas sordas para determinar errores. Una vez hechos los ajustes, llamamos al actor para que lo grabe y solo entonces está listo”, ilustró.
Cuatro grupos de jóvenes están dedicados a este trabajo. El libro de Marco se encuentra en proceso de revisión y el de Juan está siendo analizado.
Tanto los traductores como actores y personal del sitio son personas sordas o familiares y amigos de estas, lo que le da un carácter emotivo a la labor que llevan a cabo. “No es solo un trabajo, sino que lo estás haciendo por tus hijos, o tus padres o hermanos. Es muy especial porque todos ponen el corazón”, agrega Marievoet.
Por lo general, en el sitio se desarrollan 20 proyectos de manera simultánea. Estos llegan directamente a las 3.000 personas con discapacidad auditiva que son parte de la congregación a nivel nacional y a miles de otras a través de la plataforma internacional JW.org, donde se sube toda la programación y donde, además del lenguaje de señas, hay programas en cerca de 800 idiomas.